La actuación de un agente de Policía Nacional fuera de servicio fue decisiva para captar a los presuntos autores de robos a dos personas de avanzada edad
Un agente de la Policía Nacional detuvo en el acto, mientras se encontraba fuera de servicio, a dos personas como presuntas autoras de dos delitos de hurto cariñoso. Los detenidos, un hombre y una mujer, ambos de nacionalidad rumana, habrían asaltado a dos personas de avanzada edad que paseaban por las calles de la ciudad de Yecla.
El policía comenzó a observar a un vehículo, tras darse cuenta de que iba a una velocidad anormalmente lenta y que sus ocupantes parecían estar en actitud vigilante. Así, vio como una mujer salía del coche detrás de un anciano, entró con él en un portal y salió poco tiempo después, para entrar al coche y continuar la marcha.
Cuando la mujer repitió el proceso con una anciana que paseaba por la calle con andador, a la que le dio besos y abrazos, el agente intervino. La sospechosa, al darse cuenta, trató de huir a pie, pero fue interceptada por otros dos agentes de Policía Nacional, que fueron alertados por el que estaba fuera de servicio. Así, se recuperaron dos pulseras de oro, dos teléfonos móviles de alta gama, 1.300 euros en efectivo y 788 Leus -la moneda de Rumanía-.
Según explica Diego Seral, portavoz y subinspector de Policía Nacional, se aconseja desconfiar "de personas desconocidas que se acerquen a nosotros para darnos un abrazo o con la intención de preguntar algo, posiblemente, seremos el objetivo de un robo".
Estos delincuentes suelen abordar, generalmente, a personas de avanzada edad, bajo el pretexto de pedirles indicaciones o información sobre una oferta de trabajo. Así, agradecen la ayuda al tiempo en que se acercan a la víctima para robar sus pertenencias. Además, suelen cambiar de localidad cada poco tiempo, hecho que dificulta su identificación y arresto.
