Las altas temperaturas del invierno pueden reducir hasta un 70% su esperanza de vida, según el investigador del CREAF, Anselm Rodrigo, que alerta sobre las interacciones del clima y la exposición a insecticidas
Una investigación del CREAF constata que el cambio climático está empeorando la sensibilidad de las abejas a los plaguicidas. Las altas temperaturas del invierno pueden reducir hasta un 70% su esperanza de vida, según este estudio, que alerta sobre las interacciones del clima y la exposición a insecticidas.
El trabajo del Centro de Investigación Ecológica y la Universidad Autónoma de Barcelona es fruto de la observación de expertos y la colaboración con agricultores. Del millar de especies de abejas que hay en España, se eligió para este análisis en el laboratorio la osmia cornuta; una variedad muy común entre los polinizadores de frutales y representativa de las abejas solitarias.
La investigación demostró que los pesticidas inoculados en abejas sometidas a mayores temperaturas durante el invierno tenían peores efectos. De hecho, y simulando escenarios de temperatura que ya se están produciendo, la esperanza de vida se reducía un 70%. El experto insiste en que no se trata de mala práxis agrícola, sino de interacciones que no se tienen en cuenta y serían importantes a la hora de regular los productos fitosanitarios.
El trabajo abre la puerta a otros estudios que deberían realizarse en su opinión para conocer el alcance del declive de las poblaciones de abejas o de otros polinizadores y los efectos de la exposición a plaguicidas e insecticidas.