Fulvio Amato, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, asegura que las mascarillas FPP2, que cumplen con la certificación europea son aconsejables en situaciones de mucho tráfico
El uso de mascarillas homologadas tipo FPP2 puede ayudar a reducir en más un 40% la exposición a la contaminación por partículas, las más perjudiciales para la salud. Este contaminante y el ozono fueron protagonistas el año pasado de la mayoría de episodios de empeoramiento de la calidad del aire en la Región de Murcia.
Desde esta semana ya no es obligatorio el uso de mascarillas en hospitales y centros de salud para protegernos de los virus respiratorios. Sin embargo, aún pueden ser muy útiles en caso de mala calidad del aire. Cada vez son más frecuentes las superaciones de umbrales de contaminación en un contexto de cambio climático y la situación se agrava con intrusiones de polvo africano y una sequía persistente. Un estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas cifra en un 43% la reducción a la exposición por partículas PM 2,5 explica Fulvio Amato, investigador del IDAEA.
No todas las mascarillas pueden mitigar los efectos de la contaminación. El científico alude a las tipo FPP2 que cumplen con la certificación europea. Su uso sería aconsejable en las ciudades con altos niveles de tráfico, sobre todo para ciclistas o motoristas, y especialmente para personas vulnerables. Explica además el investigador que durante los episodios de intrusión de polvo africano aumentan las concentraciones del resto de contaminantes.
Reducir las emisiones es la manera más efectiva de mitigar la contaminación atmosférica. Los expertos insisten en los riesgos para la salud pública de las micropartículas en el aire que respiramos. Cuanto más pequeñas peor.