Hay más de 130 empresas afectadas de la Región de Murcia, Albacete y Alicante, según la Guardia Civil
La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Fake Manager’, investiga a cuatro personas, responsables de una empresa de gestión de residuos peligrosos, que ofertaba servicios a centros de tatuajes, y clínicas dentales y veterinarias de Murcia, Albacete y Alicante sin la preceptiva autorización para gestionar este tipo de residuos.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Benemérita inició la investigación a raíz de la denuncia interpuesta por el responsable de una clínica dental de Murcia que había solicitado a la empresa gestora de residuos un justificante para acreditar que sus residuos peligrosos habían tenido entrada en su centro de gestión.
Al parecer, estos residuos habían sido recogidos de su centro de trabajo por una mercantil transportista de residuos, con la que se comprobó que no tenía vínculo comercial, por lo que no pudo emitir los documentos de control y seguimiento (DCS) solicitados, los cuales, al parecer, estaban siendo falsificados en el apartado de gestor final, con las consiguientes pérdidas económicas y de credibilidad en el sector.
La empresa transportista de residuos, que, presuntamente, estaba tras la falsedad documental denunciada, realizaba el cobro de los servicios ofrecidos en metálico. Los centros productores de residuos no pudieron aportar datos sobre las personas que realizaban las recogidas y, además, la mercantil pertenecía a dos personas, que se culpaban entre ellas, por lo que inicialmente no se pudo determinar al autor de los hechos denunciados.
Entonces, los guardias civiles denunciaron los hechos ante la Dirección General del Medio Ambiente de Murcia, que inició varios expedientes administrativos de sanción por la mala praxis detectada en la gestión de residuos peligrosos a la mercantil transportista, al no informar de donde se entregaban los residuos peligrosos.
Los efectivos del SEPRONA, que continuaban con la investigación abierta, detectaron en una inspección rutinaria a una clínica veterinaria de Molina de Segura que, en sus documentos de control y seguimiento de residuos peligrosos (DCS), la empresa vinculada a la investigación anterior estaba operando nuevamente.
Tras inspeccionar minuciosamente la documentación, los agentes detectaron que la empresa que figuraba como gestor final, donde se suponía que se entregaban los residuos, no había recibido productos de la empresa transportista.
En este caso sí se pudieron constatar los destinatarios de los pagos por los supuestos servicios de recogida y gestión de los residuos peligrosos biosanitarios –cortantes y punzantes– entregadas por los centros productores.
Según la Guardia Civil, la mercantil investigada iniciaba su actividad estableciendo un vínculo con los centros productores de este tipo de residuos peligrosos, y ofrecía sus servicios a través de una página web y, una vez contratada la recogida, los transportistas de la mercantil investigada pasaban por los establecimientos para la recogida de contenedores, de unos cinco kilogramos de capacidad, llenos de residuos y entregaban otros de las mismas condiciones vacíos para continuar con el servicio.
Generalmente, el cobro por estos servicios se hacía en efectivo, aunque con posterioridad se realizaba mediante transferencia a una cuenta bancaria, cuya titular no tenía cargo de regencia en la empresa, solo un contrato laboral por horas.
Los documentos de control y seguimiento de los residuos gestionados, presuntamente, eran falsificados con los datos de la mercantil que figuraba como gestora final, a la que no se le hacía entrega de estos residuos ni tampoco se le abonaban los gastos por estos servicios.
Los gestores de la mercantil investigada se apropiaban de las cuantías de gestión final de los residuos y estos eran depositados y acumulados.
Los investigadores del SEPRONA ubicaron una sede de la empresa transportista de residuos en el municipio murciano de Lorquí. Se trataba de una parcela vallada donde se llevó a cabo una inspección y se hallaron más de 6.000 kilogramos de utensilios de las clínicas veterinarias, dentales y centros de tatuajes, que se inmovilizaron.
Una vez obtenidos todos los indicios necesarios, la Guardia Civil ha identificado, localizado e investigado a cuatro personas vinculadas a la mercantil –con funciones de administrador único, un empleado más y dos transportistas que se encargaban de la recogida de los residuos–, a las que se les ha instruido diligencias como presuntas autoras de los delitos de falsedad documental y estafa.
La Guardia Civil, tras las investigación, informó a los colegios oficiales de Odontólogos y Veterinarios de la Región de Murcia, y hasta el momento han aparecido una treintena de clínicas afectadas por estas supuestas actividades ilícitas, aunque se estima que el número de empresas perjudicadas supere con creces el centenar, entre la Región de Murcia y las provincias limítrofes de Albacete y Alicante.
Los investigados se enfrentan a las penas previstas para el delito de falsedad documental en documentos público.
Los investigados, los efectos inmovilizados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Murcia