Las últimas personas que lograron salir de Fonda Milagros, que se encontraban en un palco, pudieron salvar su vida porque alguien gritó que no cerraran la salida y aseguran que nadie les avisó del incendio
La fase testifical de la instrucción por el caso del incendio de las discotecas de Las Atalayas toca a su fin. Esta mañana han pasado por los juzgados de la ciudad de la justicia los últimos siete testigos que estaban citados hasta ahora. Cuentan que todo ocurrió en pocos minutos y ratifican lo ya declarado por otros testigos: nadie avisó a los que ocupaban los palcos de lo que estaba sucediendo.
Hasta siete supervivientes de la tragedia han pasado hoy ante la jueza instructora para contar su experiencia en esos escasos minutos que transcurrieron desde que comenzaron a percibir el humo hasta que la discoteca comenzó a arder.
Uno de ellos ha sido Richard Uribe. Es percusionista y aquella noche había actuado en la discoteca Fonda Milagros. En un momento dado entró en los aseos de la planta baja y al salir, vio que la discoteca estaba siendo desalojada. Pensó que sería un fuego menos importante y, sin pensarlo, cogió un extintor y subió a la planta de arriba, pero solo pudo aguantar allí unos segundos.
No pudo llegar a todos los palcos de la planta de arriba, pero en dos de ellos, aún quedaban clientes. En uno, siete personas que consiguieron salir con mucha dificultad. Entre ellos estaba Valeria Ceballos, quien ha ratificado lo que ya declararon otros testigos la semana pasada. Que nadie les avisó y no había plan de evacuación, pero finalmente pudo abandonar la sala, fue la última en hacerlo.
Arriba, junto a su palco, había otras 13 personas, ellos no tuvieron tanta suerte y acabaron pereciendo. Valeria agradece a los que salieron justo antes de ella que avisaran de que aun quedaba gente dentro y evitara así que cerraran las puertas de la discoteca.