El objetivo es avanzar en el desarrollo de un compuesto para lograr que pueda funcionar como tratamiento y del que se beneficiarían unas 80.000 personas cada año en Europa y EE.UU.
Investigadores de la Región de Murcia trabajan en la dosis idónea de un fármaco que sirva para la protección de un paciente tras sufrir un infarto de miocardio.
El proyecto recibe ayudas del Programa Regional de Transferencia de Transferencia de la Fundación Séneca para que el producto se pueda comercializar y explotar sus resultados. Este compuesto es un ácido ribonucleico de interferencia pequeño, que actúa en las vías principales que causan inflamación en el miocardio tras un infarto agudo, impidiendo que esta inflamación cause un daño irreparable.
Desde la consejería de Investigación destacan la importancia de aunar los esfuerzos de las instituciones y programas de investigación para conseguir investigaciones como esta. Así lo ha afirmado el consejero Juan María Vázquez.
Los tres investigadores que han llevado a cabo este proyecto durante los últimos 10 años, son Antonio Lax, investigador Ramón y Cajal en la UMU; Domingo Pascual, catedrático de Cardiología en la UMU y jefe del Servicio de Cardiología en el Hospital Virgen de la Arrixaca y Mari Carmen Asensio, investigadora del Programa Torres Quevedo en Biocardio.
El grupo de investigación forma parte del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria, que lleva una década trabajando en este sentido para descubrir biomarcadores relacionados con el remodelado cardíaco adverso tras un infarto de miocardio y su traslación a la práctica clínica.
De llegar a comercializarse con éxito, podría servir para tratar a unas 80.000 personas cada año en Europa y Estados Unidos.