El presidente de la Confederación Hidrográfica Mario Urrea advierte de que las restricciones impuestas a los regadíos debido a la sequía no se están cumpliendo
El análisis del informe hidrológico de lo que llevamos de año no es bueno. Es lo que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Mario Urrea, ha trasmitido a los asistentes de la Comisión de Desembales celebrada este viernes. Las restricciones a los regadíos no se están cumpliendo en algunos sitios, y los aportes, tanto meteorológicos como del trasvase, son escasos. Empiezan meses de mayor consumo y Urrea avisa que el verano "va a ser complicado".
La cuenca del Segura apenas ha superado los 100 litros por metro cuadrado, que se traduce en el 50% de lo que llovió el año pasado. Y ya son varios años de pocas precipitaciones y sin capacidad para recuperar las reservas de la cuenca. Con este panorama, la propuesta del organismo de cuenca en la comisión de desembalses es mantener las restricciones que hay impuestas desde noviembre, que se encuentran en el 20% en el regadío tradicional y el 30% en el no tradicional, e iniciar controles exhaustivos en las tomas de agua para garantizar que estas restricciones se cumplen. Si no se cumplen, estas restricciones aumentarían al 35 y al 50% respectivamente y se empezaría a sancionar a los regantes, llegando incluso al precintado.
Medidas extremas antes una situación de sequía y restricciones que se enquista en el tiempo y que compromete la situación de la cuenca del Segura. El abastecimiento humano está garantizado y no se dan las condiciones para declarar la sequía extrema, según Urrea, pero empieza una temporada muy complicada para el regadío.
Para el presidente de la CHS, “lo único positivo” es que las escasas precipitaciones que ha habido se han producido en cabecera, por lo que los embalses han ganado unos 65 hectómetros cúbicos por encima de los del año pasado, y se encuentra actualmente al 21 por ciento de su capacidad.
Actualmente la cuenca cuenta con unas reservas propias de 120 hectómetros cúbicos, y otros 100 procedentes del trasvase, cifras que son escasa para afrontar los meses que quedan de año hidrológico, que acaba el 31 de septiembre, porque son los que más consumo necesitan.
Por todo ello, Urrea ha apuntado que “va a ser un verano complicado” y el objetivo es llegar al final del año hidrológico con 60 hectómetros cúbicos en los embalses. Hasta esa fecha está previsto que se puedan desembalsar un total de 126 hectómetros cúbicos.
En cuanto a la declaración de sequía extraordinaria, se aplica en estos momentos a las unidades territoriales (UTE) 3 y 4, con escasa demanda de agua, pero no afecta a la UTE principal, la 1. Por último, Urrea ha informado de la rotura que ha habido en cuatro torres de suministro eléctrico del canal del post-trasvase a consecuencia del temporal de las pasadas semanas y en cuya reparación se está ya trabajando con el objetivo de que vuelvan a estar operativas a principios de julio.
Mientras tanto, los regantes afectados están recibiendo otros aportes de agua para aliviar su situación.