El individuo alegó que utilizaba este producto corrosivo para ahuyentar a las palomas que se alimentan de los restos de la comida depositada para los gatos
La Guardia Civil de la Región de Murcia ha desarrollado la operación 'Antifel', una investigación iniciada para esclarecer un supuesto caso de maltrato animal contra una colonia de gatos ubicada en la capital murciana que ha culminado con la investigación de un vecino de la zona al que se le ha instruido diligencias como presunto autor de delito contra los animales en grado de tentativa.
Las actuaciones se iniciaron la pasada semana cuando, gracias a la colaboración ciudadana, la Guardia Civil recibió información sobre el posible uso de productos corrosivos contra una colonia felina autorizada por el Ayuntamiento de Murcia y ubicada en la zona centro de la capital murciana.
Los responsables de la colonia informaron a los investigadores del SEPRONA del vertido de algún tipo de producto nocivo en la zona donde se ubicaban los comederos y bebederos de los animales, unos hechos que podrían provocar quemaduras de diversa consideración por contacto directo y que ponían en peligro su integridad física.
Los especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Benemérita establecieron entonces una serie de discretos dispositivos de vigilancia sobre la colonia felina, en horario nocturno, que era cuando se reponía la comida y el agua a los gatos. Poco después, en uno de estos dispositivos, los guardias civiles detectaron a un sospechoso que presuntamente se encontraba tras los hechos delictivos investigados y presenciaron que el mismo vertía el contenido de una botella sobre el recipiente del agua de los animales.
Tras su identificación, el vecino de la zona alegó que utilizaba este producto corrosivo para ahuyentar las palomas que se alimentan de los restos de la comida depositada para los gatos.
Los guardias civiles se incautaron de la botella que portaba el sospechoso, que contenía salfumán o agua fuerte --una disolución ácido clorhídrico al 24%--, un producto de uso doméstico y altamente corrosivo que puede originar graves daños para la salud en el caso de ingesta.
La actuación culminó con la investigación del sospechoso, al que se le ha instruido diligencias como presunto autor de delito contra los animales, en grado de tentativa, ya que, hasta el momento, no se ha constatado que la actividad delictiva ahora esclarecida haya afectado a ningún animal.
La Guardia Civil ha recordado que este tipo de actividades delictivas están recogidas en el artículo 340 del vigente Código Penal y llevan aparejadas penas de prisión que puede oscilar entre 3 a 18 meses o multa de 6 a 12 meses y la inhabilitación de ejercer profesión, oficio o comercio que tengan relación con la tenencia de animales.
La Ley 7/2023, de 28, de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, recoge este tipo de acciones como infracciones muy graves, con unas sanciones que pueden oscilar entre cincuenta mil uno a doscientos mil euros, según las circunstancias de cada caso.
Esta normativa también regula la gestión de las colonias felinas, los procedimientos normalizados, acordes al desarrollo reglamentario establecido por la administración competente, mediante el cual un grupo de gatos comunitarios, no adoptables, son alimentados, censados y sometidos a un programa sanitario y de control poblacional.