Los caminos están embarrados y las rocas resbalan a consecuencia de las precipitaciones
Los responsables de los clubes tienen claro que lo mejor es esperar al buen tiempo para volver a salir al monte. El problema es que los senderos están embarrados y las rocas muy resbaladizas. El senderismo es una actividad de más riesgo que la escalada a tenor del número de accidentes, según explica Manuel González, presidente de la Escuela de Montaña de Santo Ángel. Asegura que están muy pendientes de las alertas meteorológicas y los avisos de los organismos oficiales.
El río Segura es un espacio habitual de descensos en zodiac, sobre todo, en su Vega Alta y Media. Ahora las empresas del sector no están en temporada pero se felicitan porque las crecidas de agua a consecuencia de las intensas lluvias y los desembalses habrán despejado el cauce de carrizo y cañas.
La caña es una especie invasora en los ecosistemas fluviales de la cuenca. Las autoridades hidrológicas las retiran en tramos puntuales de los ríos y ramblas pero su capacidad de reproducción complica su desaparición. Esta especie gana terreno en el cauce de los ríos y, sin terminar de ser un obstáculo, sí que resta belleza a los trayectos que se hacen en rafting.
Las crecidas de estos días en el Segura han arrastrado parte de esa materia vegetal cauce abajo, según ha informado Natanael Guillén que trabaja en 'Descensos Blanca. Una situación similar se produjo en la DANA de 2019. La crecida del río despejó de cañas el cauce del segura entre la Vega Alta y el Azud de Ojós.