Es un fenómeno que va a más y del que culpan en parte a las motos acuáticas que circulan casi a 100 km por hora cerca de los bañistas
Los fondeos en el Mar Menor y la presencia de motos acuáticas a gran velocidad preocupan desde hace tiempo a los vecinos y veraneantes de esta zona de la costa murciana. El problema se arrastra años atrás y ahora desesperados urgen en la necesidad de que haya una vigilancia por parte de la Guardia Civil.
No es una novedad que durante los fines de semana de la primavera y el otoño y durante todo el verano los barcos fondeen junto al Mar Menor y eso que ahora cuenta con una figura de protección. Sin embargo, todavía no se han redactado los reglamentos que lo regulan y que podrían ayudar a imponer sanciones cuando el proceso haya terminado. Desde SOS Mar Menor, una de sus portavoces, Isabel Martínez, insiste en la necesidad de que haya una vigilancia permanente para evitar más daños a la laguna salada.
Está prohibido fondear, es decir parar los barcos, junto a ZEPAS y otras zonas protegidas y sin embargo Isabel Martínez que las inmediaciones de la Isla del Ciervo se han convertido en un lugar habitual de fiestas donde incluso la gente está en el agua bebiendo y tomando copas.
Aunque Capitanía Marítima impone una media de 40 denuncias semanales, Oscar Villar su máximo responsable resta importancia y recuerda que la prohibición de fondear afecta a lugares muy limitados y que en general pueden parar y pasar el día en familia sin que se produzcan concentraciones de barcos, para lo que si hay que pedir permisos.
SOS Mar Menor habla de descontrol y masificación que en nada beneficia a esta laguna salada. La facilidad para conseguir un permiso con el que conducir las motos acuáticas es otro de los motivos por los que este fenómeno va a más. Muchas de ellas circulan a casi cien kilómetros por hora y lo hacen muy cerca de los bañistas cuando el Plan de Gestión Integral limita las velocidades a entre cinco y 20 nudos.