Ciencia & Media. Ciencia y tradición se mezclan en el arte sacro
Lograr que una pieza se mantenga en buen estado o que se parezca a la creación original sin ser dañada y de la manera más fiel posible, implica un proceso en el que la ciencia tiene mucho que decir. Laboratorios de química, extracción de muestras, análisis, diagnóstico o tratamiento son términos propios del mundo de la medicina que a su vez se encuentran en el día a día de los restauradores.
Encargados de intervenir, como si de médicos del arte se tratase, sobre esculturas, pinturas o documentos, entre otros elementos la restauración de obras de arte es un trabajo multidisciplinar que conlleva una formación constante y en la que, además, trabajan varios miembros del equipo a la vez. Mantener una diferenciación entre el original y el retoque es fundamental así como la exterminación de plagas y el registro gráfico completo de la obra. Pruebas de rayos x, luz ultravioleta, desinfección mediante anoxia o endoscopias son algunas de las tecnologías más utilizadas pero no las únicas.