Laureles de Murcia 1983 (segunda parte)
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Azul y Negro son Carlos García Vaso y Joaquín Montoya, dos cartageneros que unieron sus vidas con la pretensión de hacer buena música tecno pop, basada en sintetizadores, secuenciadores e instrumentos electrónicos sin desechar los acústicos sobre una base bailable.
En 1981, una de sus canciones "Me estoy volviendo Loco" se convirtió en la sintonía de la Vuelta Ciclista a España lo que lanzó a todo lo alto a este grupo.
Los siguientes premiados escribieron su historia en el Naranjo de Bulnes, en los Picos de Europa, son José Luis García Gallego y Miguel Ángel Diez Vives dos estudiantes universitarios que pasaron 69 días colgados en la pared y una vez hecha la cumbre volvieron a subir por la otra cara de la pared para recuperar el material.
Y finalmente el último Premio Laurel de 1983 fue para Salvador García Aguilar, un escritor que vio premiado su libro "Regocijo en el hombre" con el Nadal de enero de ese mismo año.
