Fenómenos Extraños

20 años los contemplan. Aunque nacieron una década más tarde, son un grupo de ¿la movida¿. Un grupo peculiar que utilizaba la música para pasárselo bien (ellos y sus seguidores), y lo conseguían, dejándose la piel en el escenario con canciones que causaron revuelo por sus letras gamberras y llenas de descaro, fundamentales en cualquier recopilatorio sobre el punk pop español. Eran chavales de instituto, unos hooligans que hacían punk con los que llegó a grabar Manu Chao, pero no lucían imperdible, tachuelas ni collar de perro, y tampoco hacían demasiado caso a la consigna del No Future. Seguían la línea marcada por Ramones, Siniestro Total y Los Nikis, vestían zaragüelles y enarbolaban banderas murcianistas. Ahora llevan una vida ordenada, mantienen su pasión por el fútbol (la simbiosis música-fútbol y la literatura austrohúngara es su receta), pero siempre se puede esperar cualquier cosa de ellos. Son sencillamente geniales. Alex Campillo, su carismático frontman, vuelve a casa.