El Museo Ramón Gaya está de enhorabuena
T04C212
El Museo Ramón Gaya de Murcia cuenta desde esta semana con once nuevos cuadros, donados por Isabel Verdejo, la viuda del pintor, que abarcan desde los años 50, todavía durante su exilio en México, hasta los últimos años de su vida, y que pretenden completar el catálogo de este centro artístico dedicado a su obra.
El museo, que abrió sus puertas en 1990, debe la mayor parte de su colección a estas donaciones, que comenzó el propio artista y que su viuda ha continuado haciendo cada año desde que él falleció en 2005.
Se podrán visitar en la primera planta del centro artístico durante los próximos tres meses, hasta septiembre, y después pasarán a engrosar su colección permanente, formada por unas 500 obras.
De entre estas donaciones, el director del museo, Rafael Fuster, ha destacado especialmente un retrato al óleo de Alicia, la hija de Gaya, pintado en 1953, cuando el artista regresó temporalmente de su exilio en México.
Gaya perdió a su primera mujer, Fe Sanz, durante un bombardeo en Figueras, desde donde esperaba cruzar la frontera con Francia en 1939 huyendo de la Guerra Civil. Su hija Alicia sobrevivió milagrosamente a aquel episodio y permaneció en Europa con una familia amiga del pintor, que no volvió a verla hasta 13 años después, cuando realizó el retrato que ahora se expone y que para Fuster es el símbolo de ese reencuentro.
También el director destaca la donación de un retrato de grandes dimensiones de la propia Verdejo en el estudio del grabador Esteve, un cuadro que tiene la particularidad de no estar firmado por el artista, que era tajante con la necesidad de estampar su nombre en todas sus creaciones.
El cuadro, pintado en 1981, ha explicado Fuster, fue un regalo para la madre de Verdejo y en él aparece una reproducción de un cuadro de Goya, “La Solana”, algo recurrente en la obra de Gaya, gran amante de los pintores clásicos.