Miguel Massotti. Larga vida y prosperidad, maestro
T03C210

Adolfo Fernández.

El perfil del nuevo radiofonista que poblará las ondas, no precisará de las cualidades presentes en Massotti, como su florido verbo, su capacidad dramática, vis cómica, o alto grado de especialización en un sinfín de materias, - tauromaquia, tradiciones, Semana Santa, bandas de música, artistas plásticos de la Región - que en él parecían conocimientos ociosos, porque trasladaba todas esas temáticas a la audiencia desde la pasión, la empatía y el profundo respeto a los que las protagonizaban.

Para entender la dimensión de Miguel Massotti, no basta con enumerar la cronología de los programas en los que el maestro desplegó su oficio a lo largo de su fructífera carrera radiofónica, en esta o en otras emisoras. No me detendré en La Gramola por ser ese su último programa, ni destacaré una emisión sobre otra, porque en Massotti, lo que cuenta es el conjunto…cincelado amorosamente al dictado de su fértil imaginación.

Escribe Marguerite Yourcenar en sus Memorias, - apócrifas diremos -, del emperador romano Adriano 

El paisaje de mis días parece estar compuesto, como las regiones montañosas, de materiales diversos amontonados sin orden alguno. Veo allí mi naturaleza, ya compleja, formada a partes iguales de instinto y cultura. Aquí y allá afloran los granitos de lo inevitable por doquier, los desmoronamientos del azar. Trato de recorrer nuevamente mi vida en busca de un plan, seguir una vena de plomo o de oro, o el fluir de un río subterráneo, pero este plan ficticio no es más que una ilusión óptica del recuerdo.

Vocación y libertad creadora. O lo que es lo mismo oficio y valentía para innovar, para ir contracorriente, para ser diferente, y con el punto justo de mala baba, - sí, eso también tiene - para defender desde la libertad de expresión, las líneas rojas que como sociedad hemos delimitado para asegurar la convivencia.