El mazarronero necesita ganar y que Arbolino sea décimo, o ser segundo y el italiano decimoquinto. Recuerda que "no deben darse tantas cosas como en aquel match-ball de Moto3. Hay que cruzar los dedos y seguir soñando"
Pedro Acosta vive este fin de semana su primera oportunidad de ser campeón del Mundo de Moto2. "Es un match-ball muy match-ball. Se tienen que dar varias cosas, y confiamos en lo que nosotros hagamos... Vamos a cruzar los dedos muy fuerte" contaba en los micrófonos de DAZN. Las cuentas son simples: ganar y que Tony Arbolino quede décimo (o peor posición) o ser segundo y que el italiano no pase de la decimoquinta plaza en el GP de Tailandia.
"No es tan difícil. En Moto 3 mi primer match-ball en Misano no fue realista, pero en éste no se tienen que dar tantas cosas. Hay que seguir soñando" explicaba el mazarronero. Con su peculiar sentido del humor, también contaba su sensación tras la caída en la vuelta de calentamiento del GP de Australia y que le obligó a salir el último en parrilla: "¿Perdonármelo? Me lo quedo para mí. El domingo a lo mejor. Yo me reía de la gente a la que le pasaba esto, ¿cómo me va a pasar eso a mí? Y pasó. No me hace gracia que yo tire las cosas a la basura. Lo dije en el box, hubiera preferido que se hubiese roto la moto a caerme en esa vuelta de calentamiento. Pero la vida es así, sigue. Vamos a intentar resolver el fin de semana pasado en este".