El tenista murciano gana a Matteo Arnaldi por 6-3, 6-3 y 6-4 y avanza a los cuartos de final del torneo neoyorquino
GREGORIO LEÓN. Nueva York
Los vagones de la famosa línea siete de metro que acaba en Flushing van atestados porque juega un murciano. El poder de seduccn de Carlos Alcaraz es transversal. Todos caen rendidos a su hechizo, dsde Jimmy Butler o J. Balvin, juntos en un box de celebridades, o cualquiera de los aficionados que acudieron a verlo. Y el murciano ya está en cuartos de final del US Open, por tercer año consecutivo, antes de cumplir los veintiún años. Sólo Agassi consiguió algo así. Matteo Arnaldi quiso sumarse a la rebelión que atropelló a Rune o Ruud, pero Alcaraz no está para bromas
La Arthur Ashe, a rebosar de público, quedó cubierta por el techo retráctil. Nueva York se despertó con nubes amenazantes paseándose por el horizonte. Pero el cielo plomizo no apaga las ganas de los aficionados de ver el mejor tenis del mundo, el que ejecuta Carlitos, que no tardó en firmar la primera ruptura para ponerse 4-2 y avisarle a Arnaldi de que no le iba a ser suficiente su entusiasmo juvenil para ganarle. En poco más de media hora, el murciano líquidó el primer capítulo.
El segundo comenzó con un break. Un paralelo a la línea de Carlitos levantó al público de sus asientos. Los aplausos se multiplicaron con una dejada con el revés. Otro golpe maestro del mago de Murcia, que volvió loco a Arnaldi con globos y voleas. Con un 78 por 100 de primeros metidos, la suerte del set estaba echada.
El italiano no estaba dispuesto a sacar bandera blanca de rendición. Y aprovechó para hacer su primer quiebre, en blanco. Arnaldi elevaba el volumen. Pero Carlitos sofocó el amago de revuelta, devolviéndole el break de inmediato. Y confirmó la ruptura con un winner que celebró mirando a su box, donde los rostros estaban relajados. Ni una mueca de preocupación. Alcaraz hacía los deberes encomendados.
Carlos Alcaraz ya está en cuartos de final del @usopen.
— ORM Deportes (@ORMdeportes) September 4, 2023
@gerebit0 nos trae más detalles desde las instalaciones de Flushing Meadows en Nueva York. pic.twitter.com/AD1T3sCgJN