El tenista murciano pierde ante Jannik Sinner (6-7 y 1-6) y se queda varado en las semifinales del ATP 500 de Pekín. No podrá reducir la distancia que le separa de Djokovic, actual número 1.
GREGORIO LEÓN
Una película del oeste. A tiro limpio. Disparando sin pensar, el dedo permanentemente en el gatillo como una forma de entender la vida. O estos duelos, ya convertidos en clásicos. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner son así cada vez que cruzan sus miradas en el saloon. Y solo hay espacio para uno. En Pekín sobrevivió el italiano, mientras que Carlitos se queda otra vez varado en semifinales, como le ocurrió en el US Open. Una lucha de dos titanes de la misma generación que se reproducirá en los próximos años. Los vaticinios no han fallado. El futuro es suyo. El día de hoy, del italiano.
Cuatro breaks en los seis juegos de salida. Entender la primera manga desde el punto de vista de la lógica es un ejercicio imposible. Carlos Alcaraz, a toda mecha, no espero nada para hacer la primera ruptura, en el juego inicial. La confirmó con su saque y fue amasando un nuevo break. Sinner parecía contra las cuerdas, sin que se viera ninguno de los rasgos identificativos de su juego. Pero su derecha letal empezó a funcionar. Y recondujo la situación, a tal punto de que el capítulo hubo de resolverse en el 'tie-break'. La fiabilidad del murciano está siendo más alta en la muerte súbita en este 2023. Pero también esa norma estalló, por culpa de los restos de Sinner y de los propios errores de Carlitos.
Pleno de confianza, el tenista alpino siguió desparramando su mejor tenis, que le llevó a anotar el primer juego, al resto. Carlos Alcaraz no encontraba respuestas. Y aunque forzó la máquina para recuperar el terreno perdido, dejó escapar bolas de breaks en el segundo juego, para acumular dos de nueve rupturas en el conjunto del partido. La montaña se elevaba más metros aún. Y Carlitos nunca se siente cómodo con el viento en contra. Es como si le pusieran plomo en las alas. Su juego se hace terrenal. Y en esta cita se apreció una inquietante falta de confianza en sus golpes, una incapacidad para revolverse contra las circunstancias sobrevenidas que le aparecían en el camino.
Carlos Alcaraz pierde la posibilidad que tenía en China de acercarse a Novak Djokovic en la clasificación ATP. Y deja dudas en el camino. Se quedó sin final en Nueva York. También en Pekín. Y a un problema que ya tenía, Nole, le sigue otro: el regreso de Sinner.