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Carlos Alcaraz escribe otra hermosa historia y el domingo jugará la final de Wimbledon

El tenista murciano llega a su primera final de Wimbledon, al derrotar a Daniil Medvedev (6-3, 6-3 y 6-3). El domingo (15 horas, Movistar) se enfrentará a Novak Djokovic.

GREGORIO LEÓN
14 JUL 2023 - 13:32
Actualizado:
14 JUL 2023 - 19:44
Alcaraz
Carlos Alcaraz, celebrando su victoria final. Foto: ATP Tour

GREGORIO LEÓN

Amanecía mientras España acompañaba a un chaval con acné en su sueño de disputar el primer Grand Slam de su vida, en Nueva York. Casi un año después, sobre el verde alfombra del All Englad Club, los españoles hemos vuelto a ayudar con un soplo invisible cada bola de ese chico, que sigue empeñado en darle prisa al tiempo para entrar en el primer volumen de la enciclopedia del tenis, aquel que solo tiene espacio para las leyendas inmortales, por los siglos de los siglos. No sabemos si Carlos Alcaraz llegará a ser el mejor de todos los tiempos, pero sí que es el mejor de su tiempo. Wimbledon es el tercer torneo de hierba al que acude, en toda su vida. Pero lo que a otros le costó años, a él le ha llevado unas pocas semanas. Alcaraz es amigo de lo improbable. Pero también de lo imposible. Después de hacer capitular a Daniil Medvedev, solo un nombre, con su estatura legendaria y sus 45 victorias seguidas en la Centre Court, puede romperle el sueño más grande: Novak Djokovic. Pero, de momento, ya se verá el domingo, un murciano universal ha escrito una hermosa historia. Otra.  

El partido demandaba toda la inteligencia. Toda la sabiduría. Pedía todas las herramientas al alcance de Alcaraz, que fue muy paciente en la primera manga, sin dejarse intimidar por el alto porcentaje de primeros que conectaba el ruso. Esperó su oportunidad y le llegó en el octavo juego, que le abrió la posibilidad de un break, aprovechado convenientemente. Y con su servicio, se hizo con el primer capítulo.   

Sin nervios, plenamente liberado, Carlitos se sintió muy a gusto en su piel, y se dispuso a dar un paso más: restar con más eficacia aún. Fue así como encaminó pronto la segunda manga, que cerró en poco más de media hora, con un recital de dejadas y 'winners' que dejaron sin capacidad de respuesta a Medvedev.

El tercer set empezó por la misma línea. Sirviendo con total seguridad, hizo una ruptura de servicio en el juego siguiendo, para colocar el partido 2-0. El murciano parecía una locomotora a toda velocidad. Capaz de reaccionar ante situaciones adversas, como el primer quiebre protagonizado por el moscovita, con réplica inmediata de Carlitos para llevar la manga a un prometedor 4-2 favorable. Pero Medvedev no quería irse tan rápido de la pista. Y endosó otro break al jugador de El Palmar. Nada que no tuviera arreglo. Contrabreak, y a servir para ganar el partido. Dicho y hecho. Con la madurez alcanzada ya por Carlitos, el destino del partido no podía ser otro que su victoria, que le transporta a la final de Wimbledon, la segunda de un Grand Slam que va a disputar un jugador que sigue seduciendo al mundo entero.   
 


 

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