El murciano gana ante De Miñaur (6-4 y 6-4) su primer torneo de hierba en Queen's y vuelve a colocarse en la cumbre del tenis mundial
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz y Álex de Miñaur guardan muchas similitudes. Además de su nombre español, aunque uno de ellos juegue con la bandera de Australia, tienen cara de niño bueno, que sin embargo, a la mínima hace una travesura. Peluches que esconden dientes de piraña. Sonríen mientras piensan en cómo te hundirán el cuchillo. Y en la abarrotada pista londinense de Queen's ofrecieron un espectáculo que enalteció al tenis, y que devuelve al murciano al número 1 del mundo. Carlitos sorprende a todos, empezando por sí mismo. En sus cábalas no estaba regresar a la cumbre tan pronto, y menos en hierba. Pero todo es posible con Alcaraz. Lo insólito. Lo improbable. Lo excepcional. Alcaraz, siempre fuera de guion. Alcaraz, siempre mágico. Alcaraz, un héroe escapado de un cuento infantil.
La joya de Murcia tuvo que ganar cada punto de la primera manga a pico y pala. Ante un restador consumado como el australiano, hubo de emplearse a fondo, salvando alguna bola de break. Y gracias a ese ejercicio de supervivencia, dispuso de su oportunidad, fabricada en silencio. Y en el noveno juego hizo una ruptura, para cerrar a lo grande el set, con un ace que puso en pie a los espectadores del Queen's Club.
El segundo capítulo se desarrolló con parámetros parecidos. Los dos tenistas exhibieron una alta fiabilidad con su servicio, hasta que la paciencia de Alcaraz volvió a darle réditos. Una doble falta de De Miñaur lo colocó con un 3-2 por delante, break que confirmó con su servicio. Nunca le ofrezcas ni un centímetro de flanco al murciano, porque estás perdido. Y en dos despistes del australiano, en el primer y en el segundo set, el partido se le escapó. Y no pudo alterar el curso del choque, cerrado por Charlie con su servicio.
Carlos Alcaraz enseña sus fortalezas también en hierba, a una semana de que empiece Wimbledon. Llegará a las pistas mitológicas del All Englad Club como número 1 del mundo. Djokovic aparece como favorito en todas las quinielas. Pero Carlitos vuelve a entrar en la ecuación. Un tenista sobrenatural con tendencia a lo inaudito.
