Carlos Alcaraz, otra vez número 1 del mundo

GREGORIO LEÓN

Una tarde en el barrio neoyorquino de Flushing Meadows, un deportista con pinta de adolescente llegó a la cumbre. Tenía solo diecinueve años y había provocado el estupor y admiración mundiales, por su mezcla de juventud y talento. Hubo quien pensó que aquello iba a ser provisional, que los miembros aún activos del The Big Three recuperarían su jerarquía. Pero casi un año después, Carlos Alcaraz sigue ahí. Otra vez número 1 del mundo. Solo ha cedido el trono dos meses, en enero y en abril. Su impecable hoja de servicios en 2023, con treinta victorias y solo dos derrotas, lo mantienen en el puesto de mejor tenista del mundo. Roma saluda al campeón.   

La lluvia demoró el partido más esperado en la Centrale del Foro Itálico. La meteorología no falló, y el horario de comienzo del choque entre el murciano y Albert Ramos-Viñolas fue modificándose por culpa de la lluvia insistente. Una oportunidad tuvo Albert Ramos de sorprender a Alcaraz. Una opción para fabricar una victoria que hiciera polvo todos los pronósticos. Ya lo había acorralado en Roland Garros el año pasado, y era muy consciente de que solo manteniendo una intensidad muy alta, albergaría alguna posibilidad. Y empezó bien, rompiéndole el servicio al murciano y poniéndose 2-0. Alcaraz no encontraba sus mejores golpes. Hasta que su muñeca derecha empezó a calentarse y apareció el tenis de siempre, el que no admite réplica, el que te va quitando todas las ilusiones. Y así vio el catalán cómo se le escapaba el primer set 6-4. Su esperanzador inicio no sirvió de nada.

Y cuando Carlos Alcaraz ha pasado sus peores momentos y ya está en su terreno, es inabordable. Jugó al ratón y al gato con su oponente, al que ya le hizo un break, a modo de bienvenida, confirmado luego con su servicio. El partido iba ya encaminado hacia su final, al que el murciano le dio velocidad para ganar el capítulo por un incontestable 6-1.