El murciano derrota a Daniel Evans por 6-2, 6-3, 4-6 y 6-3 y ya está en octavos de final del US Open.
GREGORIO LEÓN. Nueva York
Nueva York adora a Carlos Alcaraz, al que ha elegido como su chico favorito. Desde el corazón de la Arthur Ashe es aún más visible ese afecto que por televisión. El directo da la dimensión exacta del vínculo emocional del público con la joya de Murcia. Aplausos calientes, vítores, gestos de entusiasmo... Nada más aparecer en pista ya para calentar, el murciano recibe el cariño fervoroso de los aficionados, entregados a la estrella murciana. Y Carlitos quiere siempre corresponderles. Este sábado ofreció una nueva muestra de su magisterio para acceder a los octavos de final del US Open. Daniel Evans no pudo hacer otra cosa sino sumarse a la admiración unánime que genera el jugador de El Palmar. Y eso que tuvo chance, tras un tercer set de gran juego.
Aunque a las doce y trece minutos las gradas aún no estaban repletas, y la temperatura no se elevaba como en el turno de noche, Carlos Alcaraz mostró su juego fino desde el primer punto. Se recreó con las dejadas, con golpes buscando la línea, conectando primeros servicios infalibles... Un muestrario de bueno tenis, del tenis de la mejor estirpe. El desenlace era previsible: 6-2.
Se animó Evans en el segundo capítulo, atreviéndose a firmar un juego en blanco y con una ruptura de servicio. Alcaraz no ofrecía golpes tan precisos y sufría con el revés cruzado del británico. Pero Carlitos reaccionó de inmediato, con un break para que no se alterara el guion. Y a un golpe estuvo de protagonizar el punto del día, defendiéndose felino ante el acoso de Evans, salvando bolas inverosímiles y poniendo de nuevo en pie a una afición que ya completaba el aforo.
Evans se percató de que la única posibilidad de estirar la cita era mejorar al servicio. Y así lo hizo, presumiendo de porcentajes altísimos y un quiebre que encendió sus esperanzas. Y aunque Alcaraz salvó hasta cuatro bolas de set, acabó cediéndolo.
El partido requería temple y magia. Los puso Carlitos cuando más le apretaba el zapato. Recurrió al martillo de su derecha para meterse en la semana semana del US Open. Que siga el espectáculo.
Su siguiente partido, el lunes, contra Matteo Arnaldi.
