El tenista murciano arranca con victoria el ATP 500 de Pekín (6-4 y 6-3 ante Hanfmann). Su próximo rival será Lorenzo Musetti.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz salió de la catedral que es la Arthur Ashe del US Open con la sensación de que su mejor tenis lo había abandonado en esa cita contra Medvedev. Ese tenis atómico, de destrucción masiva. Y la misma percepción se tiene al verlo de vuelta en Pekín. Quizá no sea otra cosa que una pauta del guion. Llega de un tiempo obligado de descanso tras forzar la maquinaria a tope en Nueva York y no ir a la Davis. Siempre le cuesta arrancar un ATP. Y prefiere jugar con un público inflamado, sin los silencios de su primera jornada asiática. Quizá solo sea eso. Y la realidad es que el murciano ya está en la siguiente ronda del torneo de China, después de desembarazarse de Yannick Hanfmann en un partido de complicado análisis.
Hasta cinco breaks hubo en la primera manga, tres de Carlitos y dos del alemán, que salió respondón. Pero en medio de tantos vaivenes mareantes, el jugador de El Palmar pudo cerrar la manga, con un ace.
El segundo capítulo fue mejor. Más sencillo. Tan pronto como pudo protagonizó Carlitos una ruptura, que confirmó con su saque. Luego llegó la otra, la definitiva, para darle el partido, y cerrarlo emitiendo señales más nítidas de su talento descomunal. Una dejada, un derechazo... para arrancar sonrisas de complicidad en su box. Puro Alcaraz.
Su próximo rival será Lorenzo Musetti.
Los datos
Victorias en el año: 59
Victorias en su carrera: 149
Victorias sobre pistas rápidas: 68