El tenista murciano asegura que no hay tiempo de pensar en el cansancio, y considera increíble poder jugar contra Djokovic el domingo.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz a duras penas podía contener la emoción. A pesar de que su juego y sus últimas declaraciones públicas expresaban plena confianza, ahora debe asumir que sí, que ha cumplido su sueño, que está en la final de Wimbledon. "Aún no puedo creérmelo, estoy muy satisfecho con la manera en que he jugado. Siempre es difícil cerrar partidos así. Contra Novak Djokovic va a ser muy difícil, pero lucharé hasta el final. Siempre soñé con jugar una final aquí y hacerlo con Nova es increíble. No es tiempo de estar cansado ni de tener miedo, hay que ir a por ello", ha comentado el tenista de El Palmar, a pie de pista.