Se cumplen 20 años del ascenso del Murcia a Primera, con el gol de José Luis Acciari. En REGIÓN DEPORTIVA juntamos al argentino y a David Vidal, entrenador de aquel equipo legendario que encendió La Condomina.
GREGORIO LEÓN
Lo dejó dicho Woody Allen. Ni el mejor guion de una película puede ofrecer un giro de trama tan inesperado como el de un partido. En el deporte la sorpresa siempre aguarda, agazapada, acechando. A veces, para truncar destinos e ilusiones. Otras, para hacerte un regalo sacado del reino de los sueños. Y el Real Murcia, sin que apareciera a principio de temporada en la rampa de salida como candidato a la gloria, con una plantilla con un alto sentido del deber nucleada en torno a David Vidal, se instaló en la cabeza, fortaleciéndose jornada a jornada. Hasta que el primer día de junio de un 2003 tuvo la oportunidad de ascender a Primera División. Habían pasado más de cinco mil días de su última experiencia en la categoría de oro. Catorce años como catorce condenas. El Levante era el antagonista. Y en el primer minuto de la segunda mitad, con La Condomina inflamada, José Luis Acciari, el Loco Acciari, con su innata capacidad intuitiva para cazar balones dentro del área, conectó un cabezazo que se hizo historia. Y el estadio se volvió loco. Una explosión de felicidad, de grito unánime, que aún resuena en los oídos de los aficionados como música celestial, la música de los grandes momentos de tu vida.
En REGIÓN DEPORTIVA hemos tenido a los dos actores de aquel día, dos actores sin los que es imposible entender la historia del Real Murcia, David Vidal y José Luis Acciari.