Dos goles de Rodrygo le dan el título a los blancos en el estadio de La Cartuja. Lucas Torró anotó el gol rojillo.
GREGORIO LEÓN
El título, para el Madrid. Y los honores de subcampeón, para Osasuna. La final inédita de la Copa del Rey fue para el equipo de Ancelotti. Pero los navarros honraron de nuevo a la competición, peleando hasta el último instante y llevando al límite a su rival, en un estadio de La Cartuja con dos inmensas manchas blancas y rojas que componían 51.000 espectadores.
Vinicius torturó permanentemente a la defensa osasunista. Una acción suya permitió a Rodrygo embocar el primero, en el amanecer del partido. Ni se habían jugado dos minutos. Alaba tuvo el 2-0, pero el travesaño de Sergio Herrera frustró el gol.
Osasuna, pujante tras el descanso, apropiándose de la pelota, empezó a inquietar al Madrid, que se encontró con un disparo implecable de Lucas Torró para que el 1-1 se elevara al marcador, inflamando los ánimos de los aficionados rojillos.
Pero Rodrygo, en otra acción con participación directa de Vinicius, anotó el 2-1 Y aunque el conjunto de Jagoba Arrasate lo intentó, ya no hubo más alteraciones en el resultado. El Madrid gana la Copa del Rey, nueve años después.