Pedro León adelantó a los grana, pero el filial del Barça empató en la segunda mitad, en un estadio Nueva Condomina-Enrique Roca con 27.831 espectadores, récord nacional de espectadores en Primera RFEF.
GREGORIO LEÓN
El filial del Barcelona se coló en la fiesta del Real Murcia, que celebró un día completo de reivindicación del murcianismo. Para la historia queda un dato que pulveriza todos los récords precedentes: 27.831 espectadores reunidos en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca, superando en 616 los que dejó un partido del Deportivo de la Coruña en Riazor, y que parecía insuperable en Primera RFEF. Hasta que se lo ha propuesto la afición grana.
La jornada pudo ser de felicidad total. Pedro León incendió las gradas. Pero el Barça desplegó su virtuosismo tras el descanso, frustrando una victoria que habría lanzado al Murcia en la clasificación. Ahora queda ubicado en el cuarto puesto, a nueve del líder.
Pedro León avisó dos veces. Primero con un remate con el pie derecho, que se marchó a unos centímetros del palo. Luego, con otro, ejecutado con la izquierda, que no cogió portería. Pero a la tercera no iba a perdonar. Y el muleño, valiéndose de un robo de Loren Burón ante una defensa rival dadivosa, enchufó un balón al borde del área, de nuevo con la izquierda, y la bola cogió camino de la portería, botó delante de Rafús y se fue para adentro.
En la segunda parte, el fútbol asociativo del Barça desarticuló al Murcia. Y un balón que voló desde la izquierda le ganó la espalda a Alberto López y Álvaro Núñez presentó la cabeza para empatar el choque.
Mario Simón intentó cambiar la trama del partido, sacando a Dani Romera, Arnau Ortiz y a Alfon.
La expulsión de Diounkou, por doble amarilla, abrió una nueva perspectiva para el Murcia. Pero el Barça no se dejó intimidar y tuvo el 1-2, negado por Joao Costa. Y en medio de minutos alocados hasta Andrés Carrasco pudo dar la victoria a los grana, pero el empate se elevó a resultado definitivo.