La dirección deportiva quiere reforzar el lateral izquierdo. Además, busca un jugador con desborde y deja la puerta abierta a otro futbolista que mejore las prestaciones del equipo.
GREGORIO LEÓN
El cambio de entrenador no es suficiente. En el Real Murcia ya han hecho un diagnóstico global de las prestaciones futbolísticas de la plantilla. Y revela la necesidad de agregarle jugadores para alcanzar los objetivos deseados. Concluso ya un tercio de curso, las valoraciones provisionales pueden ser elevadas a definitivas: hay déficits por cubrir. Uno de ellos es el lateral izquierdo. El rendimiento aportado por Marc Baró ha alcanzado la categoría de enigma. Un misterio imposible de desentrañar. El jugador, esencial en el desenvolvimiento del Atlético Baleares el año pasado, es irreconocible con la camiseta grana. El director deportivo Javier Recio ha hablado con él, para buscar explicaciones y la solución. También lo ha hecho Pablo Alfaro. Frágil mentalmente, Baró se siente sobrepresionado. Y no encuentra la salida al laberinto.
Un jugador con desborde
La dirección deportiva del Real Murcia también ha localizado otro de los problemas que hacen al Murcia menos filoso: la ausencia de más jugadores con desborde. Por eso explora las posibilidades que le ofrece el mercado, y la idea que tiene es traer un futbolista que disponga de esas características. Carlos Rojas parecía que podía serlo. Y su pretemporada fue interesante. Pero la falta de insuficiente inteligencia táctica le hace tomar decisiones equivocadas en momentos de los partidos. Y desde el club tienen claro que es preciso mejorar ese costado, e incluso sus responsables dejan la puerta abierta para una tercera incorporación. Felipe Moreno sabe que deberá abrir la cartera en enero, y no solo para saldar por completo la deuda con la Seguridad Social. Está convencido de que este es el año, y no quiere dejar escapar la oportunidad de un ascenso que demanda la afición y la historia de la entidad.
No habrá más fichajes de delanteros
Uno de los datos más inquietantes que aportan los últimos cuatro partidos (con la derrota y eliminación en Aranda de Duero) es que el Murcia se haya quedado a cero, aun teniendo en su plantilla a futbolistas singularmente prolíficos. Y sobre todo, uno, Rodri Ríos, autor de veinte goles ligueros con la camiseta del Ceuta el año pasado. "Se generan ocasiones. Por ahí no estamos preocupados. Pero de esas dos o tres claras por partido, debemos enchufar una", reflexiona Javier Recio. "Hicimos una muy buena primera parte de juego ante el Intercity, de los mejores 45 minutos que se han visto en la temporada", añade el director deportivo, quien tampoco es ajeno a la realidad clasificatoria, que hoy deja al Murcia en la décima posición y a tres puntos del 'play off'. El nuevo Murcia de Pablo Alfaro debe empezar a producir victorias. Punto a punto por jornada, el equipo se descolgará.
Pablo Alfaro ha traído la paz
Determinar el destino final del Murcia es imposible. Se puede jugar a las profecías, pero ya está. Lo que queda fuera de cualquier género de duda es que la atmósfera que respira el club desde la salida de Gustavo Munúa es de armonía. El uruguayo tensó la relación con todos los departamentos. Con la plantilla enfrente, el clima de trabajo era por momento irrespirable. Su marcha ha generado alivio. Quejas, lamentos, discusiones... Todo eso ha quedado atrás. Con Pablo Alfaro ha llegado la paz. Su discurso es calmado. Como las aguas de un estanque. Y una conciencia crítica de la que carecía Munúa, refugiándose de cada derrota en excusas y pretextos. El zaragozano ha traído la paz. Pero falta que llegue la victoria. El Málaga se le presenta como la próxima oportunidad. Otra jornada de emociones al límite y corazones enardecidos en el estadio Nueva Condomina-Enrique Roca.