Con un discurso motivador el entrenador se defendió de las críticas: "Tengo un halo de antifútbol. Lo que haré es un equipo competitivo y que la gente esté contenta con lo que ve. Será un equipo completo, con equilibrio"
Julián Calero ya ilusiona. Con un discurso motivador "y una mochila cargada de ilusión", el nuevo entrenador del Cartagena fue presentado junto a Paco Belmonte y Manolo Sánchez Breis, presidente y director general deportivo, quienes reconocían que "en 48 horas, Calero nos ha cambiado la cara, es la persona perfecta para dar confianza al equipo". El técnico ha hablado de como levantar al equipo a corto plazo: "Es como un parabrisas del coche, le echas agua y ves un poco, sigues echando agua... y así hasta que se vea todo bien".
Ha defendido su fútbol de quienes le etiquetan como un hombre defensivo: "En Burgos tenía unos jugadores con un talento y aquí tengo jugadores con otro talento diferente. Parece que hubiera un halo de antifútbol y no recordaré lo que hice para no parecer pedante, pero estuve en la Selección Española, en el Oporto y con partidos de Champions. Haré un equipo competitivo, que ataque bien y que defienda bien. No faltará orden ni trabajo. Haré que la gente esté contenta con lo que ve. Hay que tener equilibrio".
No le falta fe. "Que busquen a otro, porque este Cartagena va a salir de ahí. No será fácil, y ojalá podamos esprintar, pero será una carrera de fondo. Vamos a salir". Y también habló de su relación con el lateral diestro Iván Calero, su hijo: "La gente igual pensaba que iba a darle dos besos o un abrazo. Y en el vestuario es uno más y le llamaré Iván, o Calero. Por respeto a él y al vestuario. Me ha dado mucha información, y también otra por parte de los jugadores veteranos con los que he hablado". Julián Calero conoce bien al equipo y la ciudad, "vine mucho a ver a mis nietos y estuve en el estadio en un par de ocasiones".
