El presidente actual y el postulante se movilizan para reunir el mayor número de votos en la junta del próximo 8 de marzo, que determinará quién se queda con el control del Real Murcia
GREGORIO LEÓN
Es año de elecciones, de llamada a las urnas. También para el Real Murcia, cuyos accionistas deberán elegir el próximo 8 de marzo a quién quieren al gobierno del club: Agustín Ramos o Felipe Moreno. Y los sondeos realizados por el grupo que apoya al exdueño del Leganés marcan que en estos momentos habría empate, deshaciendo la diferencia de ocho puntos porcentuales a favor de Ramos que se expresó en la última junta de accionistas.
El grupo que apoya a Felipe Moreno, con el expresidente Francisco Tornel a la cabeza, anda captando el voto diluido, el capital menudo del pequeño accionista que puede ser determinante en la votación de marzo. El grupo de oposición a Ramos ya ha formulado la petición formal al Real Murcia, para que en la convocatoria de la próxima junta se incluya un punto esencial: someter a la consideración de los accionistas el proyecto de Felipe Moreno, nucleado en torno a los 5 millones que pondría de aquí al final de la presente temporada. Pero además, hay otros puntos que esta facción opositora quiere sacar a colación en la reunión del 8 de marzo, y que para ella, constituyen ejemplos de mala administración. Estos son los tres puntos remitidos al Real Murcia, para su debate en la junta ya convocada:
1. Línea de préstamos convertibles, ejecutada con un lapso de tiempo muy reducido, y que favoreció la firma del contrato con Julián Luna, en detrimento de otras posibilidades de capital.
2. Compra no suficientemente explicitada de la deuda de la familia Samper, por un valor de unos dos millones de euros.
3. Presupuesto agotado ya en enero, que ha dado lugar a la necesidad de inyección de un millón y medio de euros, gracias a las aportaciones de Agustín Ramos y Enrique Roca.
El Consejo de Administración actual del Real Murcia observa atento todos los movimientos que se producen alrededor. No hay muestras de flaqueza ni piensa echarse a un lado. Antes al contrario, desde el actual órgano ejecutivo grana se transmite la idea de que el proyecto continúa adelante, y que se verá reforzado con nuevas inyecciones económicas para acabar este curso, y preparar el escenario de un hipotético ascenso al fútbol profesional. La hoja de ruta se mantiene.
Mientras tanto, Felipe Moreno está tranquilo. Ha dejado todo en manos de los accionistas. Si lo eligen, se pondrá a trabajar "como un burro" (palabras textuales) para dejar al Murcia libre de deudas en un plazo de unos cinco años, sin ocupar el cargo de la presidencia, desde la posición de consejero delegado.