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La fatiga muscular rompe los sueños de Alcaraz en Roland Garros

El tenista murciano se sintió acalambrado en el comienzo del tercer set, con el partido igualado a un set. Djokovic se llevó la victoria (3-6, 7-5, 1-6 y 1-6)

GREGORIO LEÓN
09 JUN 2023 - 08:43
La fatiga muscular rompe los sueños de Alcaraz en Roland Garros

GREGORIO LEÓN

El chasis de Carlos Alcaraz, esa máquina que por momentos parece perfecta, que le hace volar para ganar puntos inverosímiles, le traicionó en el momento más inesperado, cuando perseguía su sueño de meterse en la final de Roland Garros. Tras igualar el partido, que comenzó gobernando Djokovic, cuando empezaba a encontrar su mejor tenis, un calambre le obligó a ir a su silla, para recibir asistencia médica. "No puedo jugar así", le dijo al serbio, que se acercó a él, para interesarse por su estado. El murciano, en un ejercicio admirable de respeto al deporte y al torneo, con el amor propio de los grandes campeones, lo intentó por todos los medios. "Juanki, es muy pronto para retirarme", le decía a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, sin querer sacar aún bandera blanca de rendición. Pero la musculatura no le obedeció, estropeando el hermoso espectáculo tenístico que estaban regalando los dos mejores jugadores del mundo. Solo el dolor fue capaz de borrarle la sonrisa a Carlitos, la joya de Murcia, dejándole impreso en el rostro el mismo gesto desalentado y de incomprensión del US Open de 2021 y de Río de Janeiro, en este curso.   

No le dio opción alguna Nole a Carlitos en el primer set. Con una elasticidad de trapecista, llegaba a las bolas más difíciles. Y siempre encontraba soluciones con su tenis de maestro, que mostró no solo al servicio, sino con restos que se convirtieron en 'winners'. Con un break muy pronto, el viento sopló a favor del serbio. Alcaraz, rostro serio, no terminaba de encontrarse, y por mucho que lo intentó, y a pesar de varias opciones, no pudo devolverle la ruptura a Djokovic. 

El tenista de El Palmar replicó llevándose la siguiente manga. Pero para hacerlo tuvo que invertir más de una hora, y vivir momentos en los que se asomaba al acantilado. Y a la cuarta bola de set, entonces sí, fue capaz de tumbar el muro de Djokovic. Los golpes de revés y su derecha empezaban a funcionarle al murciano, que devolvía el partido a la casilla de salida. Y con la sensación que empezaba a cristalizar de que, tras los nervios de la primera manga, Carlitos ya había encontrado su música.         

Los aficionados que llenaban la Philippe-Chatrier se relamían, preparándose para seguir degustando el mejor tenis. Pero la musculatura de Carlos Alcaraz falló. A duras penas podía moverse sobre la pista, y Djokovic ganó el set 6-1. No hubo combate.  

Con su movilidad reducida, fiandolo todo a sus golpes ganadores, Alcaraz intentó mantenerse en pie. Pero su victoria era ya un imposible. Djokovic se llevó silbidos de la central de Roland Garros, al celebrar de manera efusiva puntos ganados ante un rival limitado físicamente. Carlitos solo pudo ganar un juego desde que sintió el calambre que ha roto todas sus ilusiones en París, el Grand Slam que está en su cabeza desde los doce años. Lo ganará. Solo hay que dejar trabajar al tiempo.      

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