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Alcaraz también sabe chino

El tenista murciano derrota por 7-5 y 6-3 a Daniil Medvedev y se clasifica para la final del ATP 500 de Pekín. Es la número 21 de su carrera, la quinta de este año.

GREGORIO LEÓN
01 OCT 2024 - 11:04
Alcaraz
Carlos Alcaraz, celebrando un punto. Foto: ATP Tour
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Alcaraz también sabe chino
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GREGORIO LEÓN

La Laver Cup tuvo efectos terapéuticos. Carlos Alcaraz había regresado de América enredado en mil dudas. Él se caía en segunda ronda mientras que el mundo veía la explosión de Jannik Sinner, consolidado en la primera posición del ranking. Raqueta destrozada en Cincinnati. Accidente en el US Open. Pero el tenista murciano ha encontrado fortalezas donde creía que estaban las debilidades: en su cabeza. Los grandes campeones se forjan desde la psique. Johan Cruyff, leyenda en lo suyo, lo dijo con esa contundencia de sus palabras que servían para construir aforismos inquebrantables, de esos que quedan esculpidos en piedra, para siempre: "Al fútbol se juega con la cabeza, pero ayudan los pies". Y Alcaraz usa la raqueta. Pero, sobre todo, la mente. Solo así pudo salir del laberinto de Estados Unidos.

El jugador de El Palmar no se está permitiendo errores en Pekín. No concede opciones, ni a tenistas menores, ni a otros de envergadura parecida a la suya, como Daniil Medvedev. El ruso, aunque intentó desplegar todas sus habilidades, con esos passing paralelos que obligan a una respuesta física alta de su oponente, con golpes dañinos, se encontró con un break en el momento más inesperado, cuando parecía que era imposible romper la igualdad del primer set. Ya había hecho dos quiebres Alcaraz, más eficaz al resto que con el servicio, pero no los había podido confirmar. Medvedev se pasó de frenada y mandó una bola fuera del cuadro de juego. Con su servicio, Carlitos no desaprovechó la oportunidad. El murciano, que ya había interactuado con el público, mano a la oreja derecha, después de un puntazo, se iba a descansar. Feliz. Este era el camino.   

Carlos Alcaraz se sabía todas las respuestas. También las del resto. Lo había evidenciado en la primera manga. Y lo expresó también en la segunda. Medvedev se vio otra vez por detrás, enseguida. 2-3. El murciano llegaba a todas las bolas, y hasta se veía ayudado por la cinta, que hizo que una pelota, la que permitió el break, se volviera inaprehensible. Descanso y a seguir trabajando. La meta estaba ya más cerca. Y la alcanzó la joya de Murcia. Medvedev no encuentra antídoto contra él. Ocho enfrentamientos. Seis derrotas. Solo dos sonrisas.    

Carlos Alcaraz llega a una nueva final. A otra. Espera Sinner o el sorprendente Yunchaokete, ídolo local.  

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