El actual presidente de honor, puso los cimientos del fútbol sala en Cartagena y ahora ve cómo se recoge el fruto a tantos años de esfuerzo
¿Qué habría sido del fútbol sala en Cartagena sin Antonio Mínguez? A mediados de los 90 cogió el timón y con el apoyo de su familia y un grupo de apasionados de este deporte, emprendió una aventura que tuvo altibajos, momentos buenos y otros no tan buenos, pero que casi 30 años después, ahora con la familia Jiménez Bosque al mando, ha dado el mayor de los frutos. De Mínguez Sáez se pasó a Reale, Tuco o Polaris (la etapa más gloriosa y en la que se acariciaron los títulos) y ahora Jimbee.
Antonio Mínguez es el presidente de honor. Nunca se ha desligado del fútbol sala. No pudo estar en Jaén, aunque lo tenía previsto, y disfrutó de la victoria desde su casa, con Gine, su esposa. "Lloramos como críos", ha dicho Mínguez en Onda Regional. "Ha sido una alegría inmensa. Se lo merecen los actuales dirigentes y la ciudad de Cartagena. Nos hacía falta recoger un poco de todo lo que se ha sembrado durante todos estos años. Se demuestra que con perseverancia las cosas llegan".
Mínguez añade que "el momento más feliz fue el ascenso a Primera y después ha sido este porque representa la consolidación de un proyecto a nivel nacional. Antes o después, seguirán llegando títulos".
Ayer, cuando Jesús Izquierdo levantó la Copa, Mínguez no pudo evitar recordar a personas que lo han dado todo por el club. "Me acordé de mucha gente, pero especialmente del que fue siempre nuestro delegado, Julio Clemente".
Aquí puedes escuchar la entrevista completa, emitida en Región Deportiva.