El murciano gana a un combativo De Jong (6-3, 6-4, 2-6 y 6-2) y se planta en tercera ronda de Roland Garros. Su próximo rival, cabeza de serie 27, batió a Kwoon. El partido se juega este viernes (no antes de las 20:15 h)
GREGORIO LEÓN
Un campeón se cocina con muchos ingredientes. En la marmita se revuelven diferentes elementos de los que nacen los jugadores únicos, en un mágico proceso alquímico. Carlos Alcaraz no solo es talento precoz. Ni un físico portentoso. También unos ojos que están alerta, avizorando peligros por venir. Y solo así se puede marcar un registro como el suyo, el cuarto mejor tenista de la nueva Era con más triunfos en su primer partido de los trece Grand Slams que ha disputado. Máxima fiabilidad. Con una atención extrema, no se dejó sorprender por JJ Wolf el domingo. Y este miércoles, redoblando precauciones, se zafó de un rival que lo esperaba, acechante. Jesper de Jong, en contradicción con el puesto que tiene en el ranking ATP, se mostró como un jugador cualificado, que condujo a Alcaraz al interior del laberinto, ganándole el tercer set y haciendo brotar las dudas. Pero el murciano reaccionó a tiempo. Una victoria con más complejidades de las previstas lo ha transportado a la tercera ronda de Roland Garros. Los campeones también se fabrican con una cualidad singular: la capacidad de sufrimiento. Un jugador de tenis perece en el naufragio. Un campeón sale vivo.
La lluvia mojó París. El techo retráctil de la Philippe-Chatrier volvió a proteger a los tenistas. Y a centenares de niños, que animaban con su bullanga infantil las gradas. El neerlandés tramaba algo. Y no tardó en enseñar sus cartas. Después de sacar adelante el primer turno de servicio del partido, hizo break en el segundo. Aquí estoy, dijo. Carlitos se dio cuenta de que no debía ahorrar ningún esfuerzo. Su derecha empezó a funcionar, elevó sus prestaciones al resto, y recondujo la situación. De Jong volvió a elevar el volumen. Estuvo en un tris de romperle de nuevo el servicio al murciano, que hubo de emplearse a fondo. Luego, con una subida a la red, cerró el primer capítulo.
El siguiente también exhibió sacrificios. De Jong se atrevía a golpes que parecían estar solo en propiedad de Carlitos: una derecha salvaje a la línea, una dejada impecable... Y el noveno juego decantó el set. Pudo caer de los dos lados, con Alcaraz sirviendo. Pero, pulso firme, el murciano lo sacó adelante y no malgastó su opción de rotura en el siguiente para cerrar la manga, después de una hora de tenis de alto nivel ofrendado por los dos jugadores.
El partido empezó a torcerse en el tercer set. De Jong, ya aficionado a romperle el servicio a Alcaraz, se puso por delante 2-0. Y con un tenis de altísimo nivel, lo dejó seco. Sin palabras y sin respuesta. Quince errores no forzados de Alcaraz. Cinco del neerlandés. Los papeles, invertidos. "Positivo, positivo", gritaba Juan Carlos Ferrero desde el box, tomando plena conciencia del rumbo que llevaba el partido, que se había tornado muy peligroso.
Pero Alcaraz huyó de la trampa antes de que el asunto se pusiera feo de verdad. De Jong no podía jugar con tanta consistencia tanto tiempo. Empezó a flaquear con el servicio, acumulando dobles faltas. Y por fin, Carlitos hizo un break para colocarse con un prometedor 4-2. La victoria solo podía ser para él. Los campeones también ganan en los días grises.
Ahora su rival será Sebastian Korda, estadounidense y cabeza de serie número 27, que se deshizo de Kwoon en cuatro sets. El partido se juega este viernes, no antes de las 20:15 horas, en la pista central, la Philippe-Chatrier.