El equipo de Calero derrota por 0-2 (goles de Ortuño y Kiko Olivas) al Racing de Santander y está a solo tres puntos de salir de descenso.
GREGORIO LEÓN
El Cartagena de 2024 no para dar alegrías. Aquel equipo de hacía oposiciones al descenso pertenece al pasado. Se ha transmutado en un colectivo competitivo, sin complejos. Alzó la voz ante el Valencia, en la Copa. Atropelló al Villarreal "B". Y este domingo, con una actuación grandiosa en El Sardinero, se acerca a la salvación, que solo le queda a tres puntos. A tiro de piedra.
La primera parte del Cartagena fue impecable. Julián Calero le dio una lección táctica a López Menéndez, al colocar a Jairo por el carril derecho. Y por ahí, insistiendo una y otra vez, desarticuló a la defensa enemiga. Una de esas jugadas permitió que Ortuño marcara, a puerta vacía. Era el minuto cinco. Y encontrando yardas de terreno a la espalda de la retaguardia racinguista, acumuló ocasiones, todas protagonizadas por Narváez, de cabeza o con el pie.
El Cartagena aguantó los embates del Racing. Bien posicionado, con un alto sentido del deber, el equipo cerró todos los espacios posibles. Calero metió piernas frescas, haciendo debutar a Arnau Ortiz, complementado por Lautaro y Mikel Rico.
En un acción a la contra, Morante cazó a Arnau Ortiz, y le costó la tarjeta roja. El Racing se quedaba con uno menos. El exjugador del Murcia desplegó su talento. Un futbolista que juega con mocasines. Y con el equipo local volcado a la desesperada, Kiko Olivas confirmó la victoria albinegra.
Los números son muy elocuentes: el Cartagena ha ganado cuatro de los últimos seis partidos que ha disputado. La salvación, más cerca. Con casi toda la segunda vuelta por delante y con el juego de este nuevo Cartagena, el optimismo se multiplica.