El equipo grana pierde por 0-1 ante el Alcoyano y sigue a cuatro puntos del líder Antequera, que cayó en casa.
GREGORIO LEÓN
El Murcia volvió a ser enemigo en casa. De Nueva Condomina se han fugado demasiados puntos. Y tres viajan a Alcoy para frustrar a la afición grana, que ya hacía cuentas matemáticas con la derrota del Antequera, no aprovechada. Ni todo el fondo de armario fue suficiente para resolver la ecuación. El Murcia se queda a cuatro puntos del líder. Todos los números del sábado fueron malos. También la entrada, con 13.782 espectadores, casi diez mil menos que en la cita anterior ante el Hércules de Alicante. El cuadro de Fran Fernández mira al que va por delante. Pero antes debe hacer autocrítica. No mostró evidencias futbolísticas que lleven a pensar que el Murcia pueda ejercer de macho alfa de la categoría.
No fue un huracán. Ni avasalló el Real Murcia al Alcoyano en la primera parte. Tampoco se esperaba eso. Pero aun lejos de una versión apabullante, los grana merecieron llegar con ventaja al descanso. A los puntos fueron mejores. Raúl Alcaina merodeó el gol. Primero por un error de Jauma Valens, que no aprovechó el delantero valenciano. Y luego, con un centro de David Vicente que cazó Alcaina. El portero del Alcoyano le negó el gol.
Algo no funcionaba en la sala de máquinas. Y Fran Fernández lo advirtió. Por eso sacó del armario a Jorge Yriarte tras la reanudación, buscando soluciones que no había aportado Boateng. Eficaz en las transiciones, poco dañino en ataque estático. Así se había conducido el Murcia hasta el intermedio.
El curso de los acontecimientos dictó la necesidad de nuevos cambios. El equipo, profundo por la derecha, malgastaba la orilla izquierda. Debutó Ian Forns. Y Juan Carlos Real suplió a Pedro León. Pero las modificaciones no operaron los efectos deseados. Y a balón parado (otra vez por ahí, la condena) Pichi Atienza castigó al Murcia. 0-1. Pero los murcianistas se desflecaban. Solo Ian Forns acarició el empate, con un disparo que desvió prodigiosamente Jaume Valens. La solución solo podía venir desde la heroica, con Toral expulsado por ver la tarjeta roja.