El equipo de grana gana por 3-0 al San Fernando, en una tarde plácida, y queda de momento a cinco puntos del 'play off'. Isi Gómez, Carrillo y Álex Rubio, goleadores.
GREGORIO LEÓN
El Murcia tocó fondo en Melilla. Sentado sobre un barril de pólvora, todo podía saltar por los aires en cualquier momento. Una pequeña chispa podía incendiar el vestuario, abriendo una crisis de incalculables consecuencias, con el descenso como una amenaza creciente. Era imperativo hacer un cambio de sentido. Y los grana buscaron la primera salida, y abandonaron la ruta equivocada. La victoria ante el Atlético Baleares alumbró nuevos tiempos. El punto en Córdoba reforzó al equipo en sus convicciones. Y la victoria de este sábado ante el San Fernando le hace instalarse en una nueva realidad que da acogida a todos los sueños. El 'play off' queda a cinco puntos, aunque con asterisco: el Recreativo aún debe jugar, contra el Melilla.
Nueva Condomina era un parque de atracciones para los rivales. Pero el conjunto murcianista empieza a aprobar una asignatura que suspendía secularmente. No ha parado de mortificar a sus aficionados con actuaciones irritantes. Ahora ha cambiado la dirección del viento. Dos victorias seguidas ante sus fieles. Y cuatro partidos sin encajar un gol. Datos que expresan con elocuencia la mejoría de un equipo cuyo corazón bombea sangre con fuerza.
El Murcia fue altamente fiable en la primera parte. Todo lo que hizo tuvo sentido. El gol tempranero facilitó las evoluciones de los grana. Dani Vega se coló por el sector izquierdo del campo. Levantó la cabeza y vio el desmarque de Isi Gómez, que bajó la pelota al piso y le pegó con fuerza para hacer el 1-0. Solo se habían jugado ocho minutos. El equipo de Pablo Alfaro hacía de flecha. El San Fernando, de escudo. Uno tenía fe. El otro, miedo. Y la consecuencia fue el 2-0. A un balón cedido a Fuoli fueron, hambrientos como una manada de lobos, Loren Burón y José Ángel Carrillo. La pelota golpeó en el cuerpo del delantero y se fue para adentro.
Dani Aquino, insuficiente
En la partida apareció otra carta, la de Dani Aquino. Y con sus conducciones y talento empezó a buscar espacios, y Manu García, que hasta ese momento había sido espectador, hubo de activarse. La cita iba dejando noticias inquietantes. Tomás Pina se lesionó. Otra problema para el mediocentro, donde se concentran los contratiempos físicos. Martin Svidersky ocupó su vacante, dejando una actuación prometedora.
Los intentos del San Fernando quedaron en grado de tentativa. Y ya, con uno menos por expulsión de Pau Martínez provocada por Marc Maró, a la contra, Álex Rubio anotó el tercero, para sancionar la victoria grana.
Insignia de oro y brillantes para Vicente Carlos Campillo
Antes del partido, una figura icónica del murcianismo recibió la insignia de oro y brillantes del club. Vicente Carlos Campillo tiene, por derecho propio, un capítulo exclusivo en la historia densa del Real Murcia. Le dio dos ascensos, uno en la década de los ochenta, y otro en la siguiente, en los noventa. No hay ningún técnico que haya conseguido lo mismo. Y es el entrenador español que más partidos ha dirigido a los murcianistas. El consejero Juanjo Fernández le impuso la insignia, en el palco de honor del club.
