Juan Francisco Fuentes no es la única opción que maneja el club, que va a meditar la decisión durante las próximas semanas.
GREGORIO LEÓN
No fue consecuencia de un impulso. Ni de un acto irreflexivo. La decisión nació del cerebro y no de las tripas. Tomás Fuertes venía acopiando información durante las últimas semanas. El equipo mostraba altibajos. Sin la fiabilidad requerida, dando de vez en cuando un disgusto a los aficionados, ElPozo no iba en la mejor dirección, aquella que conduce a los títulos. La infamante eliminación de la Copa del Rey empezó a cargar las razones para el cambio del entrenador. Pero el dueño del club no incurrió en precipitaciones. No le gustan las medidas traumáticas. Huye de la guillotina. Hacía casi treinta años que no la usaba, cuando destituyó a Paco García. Pero, recabada toda la información y escuchado el vestuario, se vio obligado a llegar una determinación que no deseaba: Javi Rodríguez debía dejar el banquillo antes de final de curso.
Dani Martínez, el ayudante del entrenador catalán, se ha hecho con las riendas del equipo. Pero es una solución provisional. Por razones personales de máxima importancia, ni siquiera pudo entrenar al equipo antes del viaje a Córdoba. Lo hizo Vinicius Teixeira, profesional altamente cualificado, con un ascendente directo sobre la plantilla, que lo ve como una leyenda, engrandecida por su trato personal. Una pieza imprescindible para entender esta transición. Vinicius conjuga magisterio y humildad. Pero el brasileño aún no tiene el título para ejercer de primer entrenador. Por eso desde las oficinas se ha abierto el casting.
Todos los caminos parecía que conducían a Juan Francisco Fuentes. Su contrato con el Nagoya Oceans se extingue el próximo 30 de marzo. Su último servicio en el club japonés será la JFA Cup, que se jugará hasta el día 3. El Nagoya ya ha hecho oficial la marcha de Fuentes, no por incumplimiento de objetivos (cinco años, cinco ligas), sino porque el ciclo para el banquillo tiene una duración precisa de un lustro. Fuentes está esperando la llamada de ElPozo. Pero de momento no se ha producido. Fran Serrejón ha recibido un puñado de ofrecimientos. Y el club no va a caer en precipitaciones. El proceso de selección va a ser minucioso, con evaluación de pros y contras.
El fichaje de Javi Rodríguez se ha entendido como desacertado, y en ElPozo quieren evitar nuevos errores. El perfil puede ser modificado. De un entrenador emocional a otro con un discurso táctico diferente. Fuentes encajaría en ese molde. Trabajador, metódico, escrupuloso... ha hecho reiteradamente campeón al Nagoya, además de sus experiencias exitosas en Kuwait, Bélgica e Italia. Además, se formó en las bases de ElPozo. En su contra opera que no ha entrenado aún en Primera División, adscrito siempre a proyectos internacionales.
Mientras llega el elegido, el equipo se ha instalado en la paz. El 1-6 en Vista Alegre le ha ubicado en la segunda plaza de la Liga. Es solo un partido, que arroja conclusiones muy provisionales. Pero aunque detrás hay una manada de lobos, la versión altamente competitiva exhibida en Córdoba marca el camino a seguir por un equipo que había llegado al extravío y que se había traicionado a sí mismo, olvidando la entrega y sacrificio que siempre lo han acompañado a lo largo de treinta y cinco años de historia. Y los futbolistas saben que todo no es imputable a Javi Rodríguez; ellos también tienen una responsabilidad de imposible elusión.
