El equipo murciano gana por 4-2 al Manzanares, con goles de David Álvarez (2), Ricardo Mayor y César, y aparece primero en la clasificación, a la espera de lo que haga Inter
GREGORIO LEÓN
Fue un duelo de estrategas. Dani Martínez y Juanlu Alonso trabajan obsesivamente la pizarra. Y de ahí tenían que venir las soluciones. ElPozo y Manzanares ofrecieron un grandioso partido rico en matices que deja a los murcianos en la cumbre de la clasificación, empeñados como están en ser líderes, amenazando la jerarquía del Inter Movistar, que debe jugar este miércoles. Solo los que llevan la camiseta del jamón son capaces de seguir el ritmo militar del cuadro de Torrejón, hasta ahora inabordable.
ElPozo repitió errores de la jornada anterior. No alcanzaron el mismo grosor. Pero impidieron que el equipo cogiera vuelo en la primera mitad. Fue hundiéndose poco a poco, haciéndose más poroso, más vulnerable. Antonio Navarro, con su juego de pies, aparecía como quinto elemento atacante, proponiendo siempre problemas. Fue milagroso que Manzanares no llegara al descanso con ventaja. Pero, si algo distingue al conjunto murciano es que detecta con rapidez dónde está la fuga, y la tapona. Dani Martínez fue muy elocuente y gráfico en el intermedio. Y los jugadores interpretaron con diligencia lo que les pedía el entrenador. El segundo tiempo fue otra cosa. Y un futbolista condensó las cualidades que este Pozo, que ha agregado a su calidad una extraordinaria capacidad de sacrificio. Con una gran personalidad ha sabido sintonizar con una afición que lo adora. Antes prestaba ardor guerrero. Ahora, goles. David Álvarez ya ha facturado cinco, dos este martes de esencial importancia. Hizo el 1-0. Y el 3-1 cuando más apretaba la corbata, con Manzanares jugando de cinco. Un futbolista que conecta con los valores tradicionales de ElPozo, honrándolo con su esfuerzo.
El partido dejó también la confirmación de que Ricardo Mayor es ya un factor diferencial, que Rafa Santos vive feliz en un baldosín, creando jugadas ingeniosas, que Ricardinho progresa adecuadamente y que César siempre está. Un Pozo coral que no se acuerda de Marcel, siendo el brasileño tan importante. El equilibrio que este año sí tiene la plantilla murciana hace que donde antes había una tronera ahora quede un pequeño hueco que tapan entre todos. Un Pozo que crece desde la interpretación colectiva de los sacrificios.