El Real Murcia no pudo con el filial del Atlético de Madrid (1-1), y queda a nueve puntos del 'play off'. Carrillo anotó el único gol grana.
GREGORIO LEÓN
El año nuevo ha traído un nuevo desencanto para los aficionados del Real Murcia, que tampoco ven ganar a su equipo en 2024. La hinchada solo ha visto dos victorias sobre un total de nueve partidos en este curso. Y pudo ser peor, porque el filial del Atlético se adelantó. Carrillo empató de inmediato. Y tirando de corazón, buscó a la desesperada un triunfo que se le negó y que lo aleja del 'play off', que ahora le queda a nueve puntos. Y el descenso, en función de los resultados que depare el miércoles, podría estar a solo cuatro.
No terminó de soltarse la melena el Real Murcia en la primera mitad. Su actitud fue propositiva en los minutos iniciales, provocando varios córners, pero sin que sacara nada de ello. Pronto perdió la pelota. Y llegaron los nervios, con el filial atlético tramando alguna transición peligrosa. El Murcia quedó reducido al bullicio de Carlos Rojas, a la firmeza de Rofino y el trabajo innegociable de Álex Rubio. Poco más. La única tentativa clara de gol nació de un error del rival, que permitió a Carrillo encarar a Iturbe. Pero no golpeó con precisión.
Pablo Alfaro alteró la alineación inicial, dejando en el vestuario a Álex Rubio y dando vuelo a Isi Gómez. Y su presencia en la sala de máquinas grana se hizo enseguida visible. La circulación de balón fue más rápida, y así generó espacios y pasillos que antes tenía cegados. Un pase de Carlos Rojas pudo ser el 1-0. Pero el remate de Carrillo se fue al palo. Eran los minutos de mayor brillo del Murcia. Y no los aprovechó.
Isi Gómez, en una acción desgraciada, se torció el tobillo y hubo de ser sustituido. Solo había durado doce minutos sobre el campo. Una baja que descoyuntó al Murcia, y empezó a cocinarse el gol del Atlético de Madrid "B", que se aprovechó de la laxitud de la defensa grana y Nabil, en posible fuera de juego, fusiló a Manu García.
La réplica grana fue inmediata. Carlos Rojas miró a Carrillo, que conectó su cabeza para empatar. Y pudo ser mejor, porque un disparo de Tomás Pina, que ya iba para adentro, fue tocado por Rodri Ríos. El gol fue dado por legal por el árbitro, que luego rectificó tras ser llamado por el asistente.