Junto con Tavares y Campazzo tiraron de galones en el Real Madrid ante un equipo universitario falto de acierto en el inicio y que se vio a remolque el resto del encuentro. Al final incluso dejó sensación de no competir
El Real Madrid volvió a sonreír en el Palacio de Deportes. El lugar donde levantó el último título liguero frente al cuadro universitario fue también el escenario donde sumó una plácida y reparadora victoria blanca (64-85) ante un UCAM Murcia muy superado desde el inicio.
Al cuadro de Sito Alonso le penalizó la falta de acierto en el primer cuarto y eso ante un rival como el Real Madrid es demasiada ventaja. Los de Chus Mateo llegaban con muchas bajas, como el año pasado, pero el desenlace fue bien distinto esta vez. Aparecieron las 'vacas sagradas' para mantener en pie al campeón. Primero Llull, luego Hezonja (con 16 puntos en el tercer cuarto, de ellos cuatro triples) y durante toda la tarde Tavares haciéndose gigante en la zona y Campazzo en la dirección.
El UCAM tuvo dos arreones interesantes, con parciales de 13-2 y 7-1 en el segundo y el tercer cuarto para poner la desventaja en -5 (24-29 y 38-43), pero no pasó de ahí. El correr del reloj hizo aún más feas las cosas. Con jugadores con falta de intensidad ni tampoco demasiada reacción por parte de Sito. Un mal día, una dura derrota y un golpe al mentón que podría hacerle daño en el average general de cara a sus opciones coperas al perder por 64-85.
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