El tenista murciano comienza este lunes (14 horas) las ATP Finals, en Turín, contra Casper Ruud. Jannik Sinner y Alexander Zverev aparecen como grandes favoritos.
GREGORIO LEÓN
El frío se pasea con su filo por las esquinas de Turín, dejando presagios de invierno. El Inalpi Arena aparece como refugio perfecto. Y un murciano se planta en el torneo de maestros. Esta vez no tiene pegada al cuerpo la etiqueta de favorito. Y esa es una situación novedosa para él. Carlos Alcaraz siempre está en las quinielas. Pero esta vez, por la fortaleza de Jannik Sinner y el momento tenístico de Alexander Zverev, los focos le han dejado en paz y persiguen obsesivamente a otros. Sobre todo, al italiano, erigido en héroe local y figura omnipresente en las calles de Turín. La organización ha llenado la ciudad con su imagen. Carlitos firma autógrafos, claro. Y atiende todos los selfies que le piden. Pero el fenómeno fan no se concentra exclusivamente en él.
El jugador murciano, que alcanzó la cumbre en Roland Garros y Wimbledon, ha tenido derrapajes y salidas de pista que le han impedido llegar al sobresaliente. Con la derrota prematura en el US Open se dejó jirones de prestigio. Al éxito de Pekín le sucedió el traspié en Shanghái. Tampoco rompió su techo de cristal en París-Bercy. Y así, sin exigencias imperativas, dejando que la presión la soporten otros, comparece en Turín. Las ATP Finals modifican el sistema de competición. Las mejores ocho raquetas del mundo quedan distribuidas en dos grupos. Alcaraz se ha reunido con Alexander Zverev, Andrey Rublev y su rival de este lunes, Casper Ruud.
El noruego no termina de abandonar la zona de tinieblas en la que está, con resultados que lo alejan de su propósito de discutirle hegemonía a Alcaraz y a Sinner. Hace apenas dos años los analistas lo sentaban a su mesa. Pero ha sido expulsada de ella. Tampoco los antecedentes lo colocan en buena posición ante la cita con el murciano, que le ha ganado en las cuatro ocasiones en las que se encontraron en el camino: Marbella, Miami, Nueva York y Beijing. Aunque está en el top-10, sus prestaciones han descendido. Y aun así, Carlos Alcaraz deberá andar con mil cautelas. Tomas Machac o Botic Van de Zandschulp le arruinaron el día con menos nombre.