Después de 349 días sin jugar, el tenista balear regresó con victoria ante Dominic Thiem en el ATP 250 de Brisbane.
Han sido 349 días sin jugar un partido de tenis individual. Y por fin, superados los problemas en psoas ilíaco y de cadera, Rafa Nadal regresó a las pistas, con una victoria que alumbra todas las posibilidades para un 2024 que puede ser excitante. Dominic Thiem asistió, al otro lado de la red, al juego del balear, que ganó por 7-5 y 6-1 para acceder a los octavos de final del ATP 250 de Brisbane.
En hora y media, el de Manacor solventó con contundencia su debut en solitario, resarciéndose de la derrota cosechada el día de Nochevieja durante su estreno en el cuadro de dobles junto al también español Marc López. Tras casi un año en blanco, Nadal sonrió con el inicio del 2024.
Pero esa sonrisa tardó un poco en llegar, ya que el primer set fue un intercambio de juegos muy sólidos por parte de ambos jugadores. Eso sí, el mallorquín apenas cedió tres puntos de 27 con su servicio. Solo le faltaba mordiente al resto, que llegó en el duodécimo capítulo.
Justo entonces rompió Nadal (7-5), en su cuarta oportunidad de 'break', y fue como si Thiem hubiera colapsado de repente. No en vano, el austriaco perdió el juego inaugural de la segunda manga y encajó de inmediato otra rotura (2-0). Su adversario olió sangre, conservó sus saques con destreza y en el sexto juego volvió a quebrar (5-1).
A continuación, Nadal consolidó esa rotura y selló su primer triunfo oficial en solitario desde el 16 de enero de 2023, cuando ganó al británico Jack Draper en los 1/64 de final del pasado Abierto de Australia. Ahora, en octavos de Brisbane, jugará contra el vencedor del duelo entre el ruso Aslan Karatsev y el australiano Jason Kubler.