El fondo de inversión extranjero que firmó la compra del club albinegro el viernes tiene de plazo hasta las doce de la noche de este martes para hacerla efectiva, con el pago inicial de 2'5 millones de euros.
GREGORIO LEÓN
El contrato de compra-venta quedó firmado el pasado viernes. Un fondo de inversión de capital europeo, representado por un abogado de Bilbao, se comprometió a pagar antes de las doce de la noche de este martes 14 de enero la cantidad de 2'5 millones de euros, como primer plazo de la compra-venta global del Cartagena. El segundo plazo establecido contractualmente es en marzo, y el tercero en junio. La cifra total a pagar por este fondo, que tiene ya clubes en Italia y Bélgica, es de 11,5 millones de euros.
La operación ha sido dirigida directamente por el presidente de la entidad Francisco Belmonte, y tuvo un impulso decisivo los primeros días del año, antes del día de Reyes. Ahí ya quedó fijado el precio de la compra-venta. El siguiente paso era articularla jurídicamente, con todas las cláusulas y estipulaciones, y es lo que ocurrió el jueves y viernes de la semana anterior. El fondo debe ahora, en un plazo límite de 48 horas, hacer una transferencia de la primera cantidad, 2'5 millones. Belmonte está convencido de que tal cosa ocurrirá. "El club está vendido", llegó a asegurar a jugadores un alto cargo cartagenerista en Ferrol, el día en el que el equipo empató contra el Racing, en A Malata.
Jiménez Bosque cuenta con Belmonte
El presidente del Jimbee está a la expectativa. El viernes conoció la noticia de que el contrato entre el fondo y Duino Inversiones había quedado firmado, pendiente del ingreso económico programado. En caso de que no se hiciera efectivo, volvería a la carga. El nuevo clima de relaciones entre él y Francisco Belmonte podría hacer factible un acuerdo rápido. Atrás han quedado desavenencias y desencuentros, y Jiménez Bosque contaría con al actual presidente del Cartagena dentro de su proyecto. Jimbofresh adquiriría el paquete accionarial mayoritario, pero no compraría todos los títulos. Ese es el planteamiento que formuló en la comida celebrada el martes 7 de enero en el Rincón del Patrón, en La Unión, planteamiento que acogió de buen grado Belmonte, quien encontraría inversor conocido para sostener los pilares del proyecto, y seguiría trabajando dentro del club, con capacidades ejecutivas. Esa idea siempre ha estado presente en las múltiples negociaciones con los diferentes compradores: el Cartagena se vendía, pero Belmonte seguía dentro de la ecuación.
El nuevo entrenador
Y mientras se resuelve la incógnita mayor, la venta o no del club, la destitución de Jandro Castro obliga a la búsqueda de una pieza sustitutiva. Los números del asturiano han sido muy pobres. Y solo la debilidad económica del Cartagena ha retrasado una decisión inevitable. El club ha conseguido la liberación de una masa económica de unos 300.000 euros, ampliando el límite salarial concedido por la Liga de Fútbol Profesional, de tal modo que dispondrá de una partida nueva para acometer las operaciones de reforzamiento de la plantilla que resultan imperativas. Belmonte cree en la salvación. A pesar de las evidencias que presenta la clasificación, aún ve posibilidades de hacer un cambio de sentido y dejar al equipo otro año más sentado en el fútbol profesional.
A la espera de la llegada del nuevo entrenador, Paco Imbernón, el preparador físico, con el título 3 de entrenador, fue quien dirigió el trabajo del primer día de la semana. Imbernón, después de su etapa con Juan Ignacio Martínez en China, fue uno de los nombres que le llegaron al Real Murcia en la etapa de Francisco Tornel al frente de la nave murcianista.