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Dos meses para un Clásico sin goles y con incidentes fuera del Camp Nou

El fútbol no se impone a los incidentes en el Clásico Barça y Madrid empatan sin goles en uno de los peores duelos de los últimos años

18 DIC 2019 - 00:00
Actualizado:
18 DIC 2019 - 23:14
Dos meses para un Clásico sin goles y con incidentes fuera del Camp Nou
Foto: FC BARCELONA

EUROPA PRESS

FC Barcelona y Real Madrid empataron sin goles su partido aplazado de la jornada 10 de LaLiga Santander este miércoles en el Camp Nou, un Clásico que no se jugó cuando tocaba, el pasado 26 de octubre, por el miedo a cierta inestabilidad social en Cataluña, y que casi dos meses después se disputó con normalidad dentro del terreno de juego y con algunos disturbios en la calle.

Los de Zinedine Zidane fueron mejores en el primer tiempo, aunque las ocasiones se igualaron al descanso. Piqué sacó una bajo palos, pero también lo hizo Sergio Ramos. En el segundo tiempo el Madrid siguió siendo protagonista, pero ni Thibaut Courtois ni Marc-André ter Stegen tuvieron trabajo en la portería. El liderato de Primera sigue compartido tras un Clásico que no se jugó cuando tocaba.

Una decisión sin precedentes, en el partido más importante del fútbol español y uno de los más seguidos de todo el mundo. La desconfianza que generaron las imágenes de disturbios en Barcelona llevó al aplazamiento, en una victoria moral para los violentos, a pesar de que el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, garantizaba la seguridad, "sea cuando sea el Clásico".

España quedó señalada justo igual que lo había sido Argentina un año antes, cuando no fue capaz de asegurar la seguridad de la final de la Copa Libertadores entre Boca y River, y se llevó precisamente a Madrid, al Santiago Bernabéu. El mayor producto del fútbol nacional quedó en el aire y fijado para casi dos meses después, donde no hubo que lamentar graves incidentes, más allá de los disturbios fuera del Camp Nou de, seguramente, los mismos incendiarios de octubre.

Todo comenzó el 12 de ese mes, con la filtración de lo que sería el día 15 oficial, la sentencia del 'procés': penas de 9 a 13 años para Junqueras y los otros líderes por sedición y malversación. La respuesta de parte de la sociedad catalana tuvo dos vertientes. La manifestación pacífica y la que derivó en trincheras, hogueras, y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Un día después de la sentencia del Tribunal Supremo, LaLiga solicitó al Comité de Competición de RFEF que el Clásico no se jugara el 26 de octubre en el Camp Nou sino en el Bernabéu. Ambos equipos rechazaron la permuta y el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, dejó claro a quién correspondía la decisión. "Es un órgano del fútbol el que debe tomar la decisión, el Gobierno no nos ha llamado ni nos ha pedido una cosa u otra", dijo ante la creciente preocupación.

El día 18 de octubre, Competición decidió aplazar el Clásico por "circunstancias excepcionales", dejando la elección de una nueva fecha a un acuerdo entre Barça y Madrid. El proceso del baile de fechas tampoco duró mucho, con el miércoles 18 de diciembre sobre la mesa a pesar de la negativa de LaLiga, partidaria de un horario y una fecha de mayor repercusión, en especial para las televisiones.

Lo apretado de la competición, sin respiro en ambos equipos para llegar empatados en lo alto de la tabla al duelo directo, y la disputa de jornadas importantes para llegar a octavos de final de la Liga de Campeones metió el Clásico y la polémica en la nevera. La designación de la fecha trajo el revuelo deportivo de quién descansaba menos, el Madrid por jugar el domingo anterior y no el sábado como el Barça, pero el fútbol seguía en un segundo plano.

Saltaron noticias de la supuesta preocupación del Madrid por su seguridad, del miedo a la protesta del llamado Tsunami Democràtic, de que ni el equipo blanco ni los árbitros pudieran llegar al estadio, de que hubiera invasión de campo. Incluso se habló de que el cuadro blanco pediría jugar a puerta cerrada y tuvieron lugar intensas reuniones de seguridad. El movimiento independentista aseguró que su intención no era "bloquear o suspender" el partido.

De las 25.000 personas confirmadas y decenas de autobuses, la protesta quedó en unas 6.000 personas alrededor del Camp Nou. El despliegue de medios de comunicación reportó durante todo el día la normalidad, la llegada de los equipos fue sin incidentes y apenas se registraron altercados. Dentro del campo se vieron pancartas de 'Spain, sit and talk' entre gritos de libertad e independencia y hubo un lanzamiento de balones amarillos al terreno de juego.

La tensión fue fuera. Al campo entró el humo y el olor a quemado de varios contendedores incendiados en el entorno del Camp Nou, la mayoría de ellos en la Travessera de les Corts, donde se produjeron los disturbios con varios detenidos y heridos. Los Mossos d'Esquadra cargaron en varias ocasiones, por estas barricadas y peleas entre Boixos Nois e independentistas. El Barça pidió a los aficionados abandonar el estadio por la zona norte del Camp Nou y los equipos salieron sin más peligros, tras un largo Clásico.

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