El Consejo de Administración cumple con uno de los objetivos con los que llegó: no incrementar la deuda de la entidad
GREGORIO LEÓN
El equipo de gobierno del Real Murcia, contestado desde algunos sectores, opone números para silenciar opiniones críticas. Desde que arribó al club, se marcó un objetivo innegociable: no incrementar las deudas de la sociedad. Y cuando está a punto de cerrarse la auditoría que pondrá negro sobre blanco todas las cuentas del club, hay un dato que ya puede avanzar Onda Regional: el beneficio contable del último ejercicio económico se eleva a 3'2 millones de euros. ¿De dónde sale esa cifra? De sumar dos conceptos. El primero de ellos contiene las cantidades que suman las quitas aceptadas por acreedores, menos el abono de intereses de deudas con las Administraciones públicas (2'6 millones). A esa cifra se deben sumar 600.000 euros del segundo concepto, denominado resultado de explotación, derivado de la diferencia entre ingresos y gastos totales del funcionamiento diario del club.
En cualquier caso, la realidad económica de la entidad que preside Francisco Tornel está muy lejos de poder verse como un arcoíris. Los pagos y las fechas apremian. Los compromisos adquiridos por la entidad le obligan a pagar 500.000 euros a diferentes acreedores con los que el Murcia pactó un calendario de fechas, que se antoja imposible de cumplir. Por eso los responsables de la entidad ya han abierto negociaciones para renegociar esos acuerdos, a fin de que los acreedores den cuello en una situación de colapso financiero generalizado. Hasta clubes de tronío como el Barcelona se ven impelidos a refinanciar deuda. Si no rebaja su pasivo en 190 millones de euros, se abocará a un preconcurso de acreedores.