El entrenador de ElPozo asegura que nunca prohibió a Miguelín irse a Palma y es consciente de la exigencia de ganar un título la próxima temporada.
GREGORIO LEÓN
ElPozo ha vivido montado en una diabólica montaña rusa en este curso deportivo. Del oropel de la Champions, con la final en el Palau transmitida para todo el mundo, al inquietante comienzo en Liga, para llegar a una remontada que lo hizo campeón tras 34 jornadas, para luego caerse inopinadamente en cuartos. En medio, una Copa del Rey perdida en Santa Coloma y una cruel tanda de penaltis en el WiZink Center. Miles de kilómetros hechos en mitad de una pandemia con el resultado de que, un año más, el equipo se ha quedado en blanco.
Diego Giustozzi ha estado en la diana. Como Fran Serrejón y Kike Boned, las tres piezas de la estructura técnica. Miguelín y Paradynski no han dudado en dispararles. El jugador balear dijo textualmente en La7TV que "Diego se ha portado mal conmigo", imputándole que frenó su salida a Palma. Giustozzi replica: "Nunca prohibí que saliera. Ni a él ni a otros jugadores que vinieron con el mismo planteamiento".
El entrenador argentino no vive atornillado a un puesto. Abandonó la estabilidad y placidez de la selección argentina, a la que hizo campeona del Mundo, para emprender una aventura en ElPozo. La 2021/22 será su cuarta campaña. Si no hay títulos, las dos partes se separarán muy probablemente. Esas son las reglas del juego en el deporte, y ambas las tienen plenamente asumidas. "Yo dejé todo para venir a ganar. No para venir. Sino para venir a ganar", matiza Giustozzi, expresando en público palabras que ya ha pronunciado en privado repetidas veces. "Estamos en deuda con los hinchas. Le debemos un título", subraya.
Ahí os dejamos la entrevista completa...