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Alcaraz: el chavalín que dejó con la boca abierta a Pablo Carreño

Los dos tenistas, que empezaron a fraguar una amistad hace cinco años en Londres, se enfrentan este viernes en los cuartos de final del ATP 500 de Basilea. En el Conde de Godó, Carlos aplastó al asturiano.

GREGORIO LEÓN
27 OCT 2022 - 08:52
Alcaraz: el chavalín que dejó con la boca abierta a Pablo Carreño
Carlos Alcaraz y Pablo Carreño, en Río de Janeiro. Foto: FB Carlos Alcaraz

GREGORIO LEÓN

Pablo Carreño ya estaba instalado entre los diez mejores tenistas del mundo. Se aprestaba a jugar contra Dominic Thiem en la Copa Masters de Londres. Su representante, Albert Molina, se le acercó, y le dijo. 

-Tengo aquí un chavalín. Pelotea con él. Juega muy bien, ya verás.

Pablo Carreño miró a Molina, con un gesto interrogativo.   

-¿Seguro? Vale, vale. 

"Ostras, un chaval con catorce años, en un escenario como este, no sé, no sé", se dijo el asturiano, para sí mismo.

Y después de entrenar con él, se quedó estupefacto. "Yo no hubiera podido ni coger la raqueta, con esa edad, y él estaba casi para jugar contra Thiem", reflexionó, admirado por la fuerza en el golpeo a la pelota, con fisonomía de fideo. Era Carlos Alcaraz

Fue el primer encuentro entre los dos tenistas que este jueves cruzan sus caminos en los cuartos de final del ATP 500 de Basilea. En ese momento, en el 02 Arena de Londres, ni uno ni otro podría imaginar que se estaba fraguando una amistad que se ha ido afianzando año a año, compartiendo la pasión tenística, bromas y confidencias bajo la tutela de los profesores de la Equelite Sport Academy, en Villena. "Conozco a Pablo muchísimo, es mi mejor amigo en el circuito. Hemos compartido muchísimos momentos, torneos y entrenamientos, hablo mucho con él", comentó Carlitos, antes de ponerse delante de la televisión a ver el partido de Carreño ante el suizo Stricker, que le obligó a un esfuerzo inesperado de dos horas y media para ganarle. 

Carlitos barrió a Carreño en el Codó

Cuando el tenista murciano activa su "modo campeón" es imparable. Con la fuerza de un bisonte y la fiereza de un tiburón, nadie lo puede detener. Lo saben Rafa Nadal y Djokovic. Pero también Pablo Carreño, que no pudo aguantar el chaparrón que le cayó en el Godó. Carlos Alcaraz liquidó la final con un 6-3 / 6-2. Es el último antecedente de ambos.       

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