El tenista murciano, con un juego excepcional, derrotó en la final a Pablo Carreño (6-3 y 6-2) y gana su cuarto torneo ATP. Alcaraz asciende al puesto 9 del ranking mundial
GREGORIO LEÓN
Llegó a Barcelona, y todas las miradas convergían en él. Su imagen, el pelo corto, el acné persistente, el verde de su camiseta, su gesto de ganador... se convirtió en icónica y se coló en todas las portadas. Cuando posó para los aficionados con el fondo modernista de La Pedrera, en pleno Paseo de Gracia, sonreía. Y así ha acabado el Godó el murciano Carlos Alcaraz, que ha vivido una semana de magia que le ha otorgado el cuarto ATP de su carrera. El chico de oro regala tenis y sonrisas al mundo del tenis, fascinado por el murciano.
Poco después de las seis de la tarde, con el sol aún pegando fuerte, las gradas del Club de Tenis Barcelona a rebosar de aficionados degustadores del mejor tenis del mundo, saltaban a la pista Rafa Nadal los dos protagonistas, serios y concentrados. Alcaraz, que tuvo que hacer un despliegue físico extraordinario para eliminar a un irreductible Álex de Miñaur en semifinales, esa misma mañana, no quería vivir la misma experiencia al límite. Y por eso se puso inmediatamente a la tarea de jugar otro tipo de partido, que gobernara él. Sin cederle ni un centímetro a Pablo Carreño. Pero también el asturiano se prohibió el error. De hecho, los dos rivales aseguraron todos los puntos (hasta dieciséis consecutivos) con su servicio en los primeros juegos, hasta que Alcaraz, con restos cada vez más eficaces, hizo el primer break. Y rozó el segundo poco después, disponiendo de hasta cinco bolas de ruptura de partido, pero Carreño logró salvarlos. De momento. Porque en el noveno juego, Alcaraz consiguió su objetivo, para agarrar el primer set en solo treinta y cuatro minutos.
Intentó mejorar su juego Carreño en la continuación del partido, intentando blindarse ante cualquier ruptura de servicio. Alcaraz siguió a lo suyo, con un alto porcentaje de primeros metidos. Ahí residió una de las claves para explicar el desenlace final, la seguridad en el saque del murciano, que conectó sus mejores golpes, los que le hemos visto en Río de Janeiro, Miami o Nueva York y que lo han convertido en una figura de relevancia mundial. Y así cerró el partido, como un maestro, haciendo otro break. Como un genio de dieciocho años, que acabó bañado de serpentinas azules mientras alzaba los trece kilos del trofeo bañado en plata de ley que solo cae en las manos de los elegidos.
¡La pista Rafa Nadal a sus pies!
— Barcelona Open Banc Sabadell (@bcnopenbs) April 24, 2022
El primer trofeo en este #BCNOpenBS para el murciano con solo 18 años pic.twitter.com/HysuAT9aE5
Tras la entrega de trofeos ha sido el turno para el tradicional baño del ganador de Conde de Godó en la piscina del Real Club de Tenis de Barcelona
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