El tenista murciano gana a Pablo Carreño por 6-3 y 6-4 y jugará este sábado las semifinales del ATP 500 de Basilea, ante Felix-Auger Aliassime (no antes de las 14.30 horas, Movistar)
GREGORIO LEÓN
Hace cinco años, con ese aire de mengajo que gastaba, no inspiraba temor a Pablo Carreño. Hasta que peloteó con él en Londres. Y entonces, sí, se apercibió, de que ese chavalín que le había presentado Albert Molina, le podía traer problemas en un futuro. Ya le desbarató el sueño de ganar el Godó más lluvioso de la historia. Y ahora le ha dejado sin las semifinales en Basilea. Carlos Alcaraz ofició de número 1 para citarse con Felix-Auger Aliassime, en uno de los partidos más excitantes del circuito. Y en Suiza, en la tierra de los relojes más perfectos y codiciados, el número 1 del mundo da la hora en punto.
El murciano se aprovechó de las dificultades en el servicio de Carreño. Tan pronto como pudo, protagonizó el primer break. Fue en cuarto juego, cerrado con un revés paralelo. En cuarenta minutos, el primer capítulo del partido estaba escrito. Más se prolongó el segundo, casi una hora. Carreño quería expresarse también, y aunque Carlitos empezó con una ruptura, se la devolvió el asturiano, que acumuló varios 'winners'. Pero fue un espejismo. Enseguida el jugador de El Palmar sacó parte de su repertorio, con golpes a la carrera, dejadas, y su derecha haciendo estragos. Un revés a dos manos le proporcionó la segunda ruptura y la opción de cerrar el partido con su saque. Y no desperdició esa oportunidad de oro. Las semifinales le esperan.